WeWork se quedaría sin efectivo a mediados de noviembre, según informaron fuentes cercanas a la compañía y por ello el consejo de la empresa aceptó un plan de rescate propuesto por el actual accionista mayoritario, SoftBank.
El plan incluye la toma del control por parte de la firma japonesa y el valor del paquete propuesto está valorado en 10 billones de dólares (cerca de 9 billones de euros) e incluye la solicitud de salida del fundador de WeWork, Adam Neumann.
SoftBank es actualmente el mayor accionista externo de WeWork. Inicialmente se supuso que JP Morgan Chase lideraría su salida a bolsa sin embargo fueron los nipones quienes han estado al frente de este tortuoso proceso.
El rescate permitirá mantener a flote a WeWork, cuya valoración ha caído en 39 billones de dólares desde que hace más de un mes intentó hacer su debout en la bolsa. Según un informe de SoftBank, WeWork actualmente estaría valorada en 8 billones.
SoftBank recapitalizó WeWork con $5 billones de dólares en deuda, adelantó $1.5 billones de obligaciones. Adicionalmente aportaría hasta 3 billones para comprar acciones, incluyendo las de Neumann, llevándolo a perder los derechos de voto especiales con los que cuenta a hoy.
La entidad financiera japonesa junto con su fondo “Vision Fund” son poseedores de un tercio de WeWork. Sin embargo luego del rescate en curso, su participación se elevaría por encima del 60%.
Bloomberg había informado el lunes que WeWork estaba inclinando hacia un plan de financiamiento de casi $5 billones liderado por JP Morgan en lugar de vender una participación controladora a SoftBank. Sin embargo todo se fue abajo y ahora el negocio se ha cerrado por $10 billones. JP Morgan es el tercer mayor accionista externo, detrás de SoftBank y Benchmark.
WeWork, ha caído en picada este año. Hace poco era una de las compañías privadas más exitosas y ahora se encuentra muy cerca de la debacle. A inicios de este año WeWork se valoraba en $47 billones y se esperaba una salida a bolsa muy exitosa. El gigante de alquiler de oficinas reveló obtuvo este año pérdidas por $900 millones y obligaciones de arrendamiento a largo plazo por valor de $ 17.9 billones. Como si fuera poco, el comportamiento errático de su CEO, Adam Neumann, afectó gravemente la gobernabilidad de la empresa, motivo por el cual fue despedido el mes anterior.