Travis Kalanick, co-fundador y ex director ejecutivo de Uber, puso en venta su participación por más de 500 millones de dólares tan solo meses después de que Uber empezara a cotizar en bolsa y una vez finalizó el “período de bloqueo” durante el cual no se podía transar con acciones de la compañía.
El controvertido ejecutivo vendió la semana pasada más de 20 millones de acciones, lo cual representa aproximadamente el 21% de su participación en la compañía de transporte. Actualmente posee alrededor de 75.4 millones de acciones en Uber, valoradas en más de $ 2 mil millones, hasta el cierre del viernes.
La restricción de 180 días llegó a su fin el pasado miércoles por lo cual el ex ejecutivo obtuvo vía libre para vender más de 20 millones de acciones en un fideicomiso durante tres días de la semana pasada, según se conoció a través de un documento presentado al ente regulador de los EEUU.
Kalanick continúa obteniendo ganancias a pesar de que Uber desde su fundación únicamente ha dado pérdidas. La empresa perdió $1.2 billones en el tercer trimestre de 2019 y $5.24 billones en el trimestre anterior.
El ejecutivo fue expulsado de la dirección de Uber luego de ser acusado de acoso sexual, fomentar un entorno laboral poco saludable y discriminación, todo esto mientras ejercía su cargo.
Las acciones de Uber se han desplomado a alrededor de $ 27 por acción según se reportó al cierre del viernes, luego de situarse en $ 42 durante su debut en mayo. El valor de mercado de la compañía ahora es de aproximadamente $ 45 mil millones, muy por debajo de los casi $ 70 mil millones en los que se valoró durante su primer día en la bolsa de valores de NY.
A pesar de su débil relación con Uber, Kalanick aún forma parte del directorio y estuvo presente en el día de la salida a bolsa de la compañía en mayo, aunque no en los estrados junto a los ejecutivos de la compañía. .
Si bien no está claro la razón por la que Kalanick decidió vender sus acciones, podría usar el dinero para financiar su nueva empresa, CloudKitchens. Según su sitio web, la nueva empresa planea alquilar espacio para negocios basados en entregas.
Este nuevo proyecto de Kalanick generó gran controversia por estos días, después de que The Wall Street Journal informara que recaudó $400 millones de un fondo saudita que también es un importante inversor en Uber, en lo que se ha convertido en el primer acuerdo conocido del fondo, en Silicon Valley, luego de la muerte de Jamal Khashoggi.
Recientemente el FBI concluyó que el año pasado que el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman ordenó el asesinato de Khashoggi, quien también se desempeñaba como columnista del Washington Post.
Kalanick sigue siendo uno de los empresarios más ricos del sector tecnológico. Incluso después de la venta, su patrimonio neto se estima en US$3.5 billones, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg.