Funcionarios de la Casa Blanca se manifestaron confiados sobre la capacidad de la economía estadounidense para sortear el “temporal” de 2023, aunque son cautelosos a la hora de opinar sobre el futuro económico en el próximo año.
“Nos sentimos cautelosamente optimistas porque estamos empezando a ver algunos signos concretos y medibles de progreso”, declaró a la cadena norteamericana CNN, Aviva Aron-Dine, economista y subdirectora del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca.
Señaló además que existen signos que muestran que la inflación se ha enfriado, los salarios reales han mejorado y el mercado laboral superó las predicciones catastrofistas.
“La Casa Blanca confía en un aterrizaje suave, en el que la Reserva Federal domine la inflación sin hundir la economía”, agregó.
La economía se ha mantenido firme y los consumidores son más optimistas a medida que la inflación cede. El último índice de confianza del consumidor del Conference Board, mostró un aumento significativo con respecto a noviembre. Por otra parte, tras alcanzar máximos históricos en junio, los precios de la gasolina han caído a mínimos de 17 meses, lo que significa un importante estímulo para los compradores.
No existe “absolutamente ningún indicio” de que el crecimiento del empleo vaya a caer de forma “sostenida” por debajo de un ritmo de unos 150,000 puestos nuevos de trabajo al mes, afirmó Aron-Dine. Por ejemplo, el mes pasado la economía estadounidense creó 263,000 nuevas plazas. Esta cifra supone un fuerte descenso con respecto a los 647,000 del mismo periodo del año pasado, pero aún así, sigue siendo un ritmo de avance muy saludable.
Las nuevas solicitudes de subsidio de desempleo siguen siendo muy bajas. El Departamento de Trabajo informó el jueves que los requerimientos de ayudas por desempleo aumentaron ligeramente en la última semana y se mantienen cerca de mínimos en dos meses. Sin embargo, algunos analistas advierten que esta tendencia podría estar a punto de cambiar debido, en gran parte, a la continua presión del encarecimiento de los préstamos por cuenta de las alzas en las tasas de interés.
La Reserva Federal pronosticó hace unos días que la tasa de desempleo pasará del 3.7% actual, un nivel históricamente bajo, al 4.6% a finales del año que viene. Ello implicaría un aumento de aproximadamente 1.6 millones de desempleados.
Un modelo de la Fed de NY que utiliza los cambios en el mercado de bonos para predecir los riesgos de recesión concluye que hay un 38% de probabilidades de recesión en los próximos 12 meses.
Hay indicios de que se están formando grietas en el gasto de los consumidores —el principal motor de la economía estadounidense— debido a la elevada inflación que ha obligado a algunos estadounidenses a echar mano de los ahorros y recurrir a las tarjetas de crédito. Las ventas al por menor, por ejemplo, registraron en noviembre el mayor descenso en casi un año.
Consultada por la sorprendente caída de las ventas minoristas, Aron-Dine señaló que este indicador puede experimentar una gran volatilidad.
“Si se observan los datos durante un periodo más prolongado, no se ve ningún indicio que nos haga pensar que se trata de una preocupación importante”, afirmó.
Otro obstáculo al que se enfrentará el equipo económico de Biden en el nuevo año será lograr el consenso entre un Congreso dividido. Los dos primeros años de Biden en el cargo se caracterizaron por la aprobación de proyectos de ley importantes, destinados a reforzar la recuperación del país luego de la pandemia. Sin embargo, algunas de las principales disposiciones impulsadas recientemente por la Casa Blanca, como la reactivación de la bonificación fiscal por hijo, no han logrado avanzar en el Congreso.
“Es una decepción que los republicanos hayan bloqueado la inclusión de mejoras en el Crédito Fiscal por Hijos”, dijo Aron-Dine, y añadió: “No me adelantaré a la agenda estableciendo nuestra estrategia para el próximo año, pero por supuesto, esto seguirá siendo una prioridad para nosotros”.
La aplicación de la Ley de Reducción de la Inflación también será prioritaria para la actual administración el año que viene. En enero está prevista la entrada en vigor de una serie de disposiciones de la ley sobre inflación, entre las que se incluyen créditos fiscales para la eficiencia energética de los hogares y un tope de 35 dólares en el coste de la insulina para las personas mayores con Medicare.