Mike Johnson, republicano por Luisiana y nuevo presidente de la Cámara de Representantes de los EE. UU., tiene la gran responsabilidad de lograr que se apruebe su propio proyecto de ley de financiación provisional o de lo contrario el gobierno estadounidense podría cerrar a finales de esta semana.
Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes esperan que sea aprobada su propuesta de continuidad a la financiación de algunos sectores del gobierno hasta el 19 de enero y otros hasta el 2 de febrero y para ello requieren obtener el apoyo bipartidista en el Congreso.
La medida, que no incluye recortes presupuestarios ni ayuda para Israel, evita una votación sobre un proyecto de ley de gasto mayor antes de las vacaciones, una preocupación entre los legisladores republicanos. Sin embargo esta estrategia tiene detractores tanto demócratas como republicanos.
La falta de consenso entre los republicanos sobre estos proyectos de ley de gasto también podría poner en peligro la presidencia de Johnson, ya que precisamente fue lo que provocó la destitución del ex presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en octubre pasado.
El proyecto de ley “da inicio a los serios desafíos nacionales e internacionales que enfrenta nuestra nación el próximo año”, dijo Wasserman Schultz, Florida, en un comunicado. También dejaría a los Departamentos de Estado y de Defensa “con recursos inadecuados” hasta febrero, mientras las democracias globales están bajo ataque, añadió.
El actual proyecto de ley excluye la financiación solicitada por el gobierno demócrata en la Casa Blanca para la frontera entre Estados Unidos y México, así como la ayuda para Ucrania.
Si se aprueba el proyecto de ley, los fondos para la Administración de Alimentos y Medicamentos, la construcción militar, los beneficios para veteranos, el transporte, la vivienda, el desarrollo urbano, la agricultura y los programas de energía y agua, se extenderían hasta el 19 de enero. Los fondos expirarían el 2 de febrero para todas las demás operaciones federales.