El informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York revela que la deuda acumulada en tarjetas de crédito en Estados Unidos ha alcanzado un récord de $1.08 billones de dólares, con un aumento del 10% con respecto al año anterior, según TransUnion.
Esta alza se traduce en un saldo promedio por consumidor de $6,360, lo cual se constituye en un nuevo máximo histórico. Esta aceleración del gasto se atribuye a la persistente inflación, aunque a un ritmo más moderado que en el pico de la pandemia, con el IPC descendiendo gradualmente del 9.1% en junio de 2022 al 3.4% en diciembre de 2023.
A pesar de la disminución de la inflación, los hogares muestran signos de tensión financiera, con un aumento en los titulares de tarjetas que acumulan deudas mes a mes o se atrasan en los pagos.
Las tasas de morosidad en las tarjetas de crédito han ido en alza, con un incremento del 50% en 2023, alcanzando niveles no vistos desde 2009. Los analistas prevén que esta tendencia continúe en el futuro cercano.
Aunque el dinero plástico ofrece beneficios como reembolsos en efectivo y recompensas de viaje para aquellos que pagan la totalidad de sus saldos mensuales, el mantener un saldo implica altos costos financieros.
Los millennials son particularmente susceptibles al uso de tarjetas de crédito debido a los altos niveles de deuda estudiantil y la crisis de vivienda asequible. A pesar de las altas tasas de interés, las tarjetas de crédito siguen siendo una opción atractiva debido a su accesibilidad.
Se han abierto 20.1 millones de nuevos créditos en dinero plástico durante el cuarto trimestre de 2023, en parte impulsados por prestatarios de alto riesgo en busca de liquidez adicional.
Para abordar la deuda de tarjetas de crédito, los expertos recomiendan refinanciamiento con préstamos personales de tasas más bajas y negociar tasas con las entidades financieras. Según un informe de LendingTree, el 76% de las personas que solicitaron tasas de interés más bajas el año pasado tuvieron éxito en obtenerlas.