La tormentosa jornada de Trump Media en el mercado bursátil se intensificó el jueves, dejando una estela de incertidumbre y preocupación entre los inversores.
Las acciones de la compañía del expresidente Donald Trump, representadas en Nasdaq bajo el ticker DJT, experimentaron una abrupta caída del 15% poco después de la apertura de la jornada. Este descenso marcó un nuevo capítulo en la saga de la compañía, cuyo precio por acción se establecía en torno a los $27 dólares al inicio del mercado y finalizó el jueves en $26.75, una cifra significativamente inferior a los $49 dólares que cotizaban a principios de junio.
El descalabro del valor de las acciones supone una pérdida colosal para el expresidente, el accionista mayoritario de la compañía. A comienzos del mes, las 114,750,000 acciones del expresidente estaban valoradas en más de $5,600 millones de dólares; sin embargo, tras los movimientos bursátiles del jueves, su valor se redujo drásticamente a unos $3,200 millones de dólares. Esta caída pronunciada refleja las turbulencias que enfrenta la empresa, agravadas desde el 30 de mayo cuando un jurado de Nueva York condenó al expresidente por 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales.
La debacle de Trump Media no se detuvo ahí. La tendencia bajista se vio intensificada el martes, coincidiendo con una fecha límite crucial para la compañía relacionada con la esperada aprobación de su declaración de registro por parte de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). Ese día, las acciones cayeron casi un 10% durante la sesión, con un volumen de negociación que superó con creces la media habitual. La situación se agravó aún más después de la campana, cuando anunció que la SEC había declarado efectiva su declaración de registro, lo cual desencadenó una nueva caída de más del 17% en las operaciones posteriores al cierre del mercado.
Este desarrollo crucial permite a los primeros inversores ejercer las garantías que posean en la empresa y otorga a los accionistas la capacidad de revender públicamente los valores cubiertos por la declaración de registro. Aunque este avance podría interpretarse como un paso hacia la transparencia y la regularización, la reacción del mercado indica una profunda preocupación entre los inversores sobre el futuro de la compañía.