El mercado de viviendas usadas en Estados Unidos está atravesando uno de sus momentos más difíciles en las últimas tres décadas. En mayo, las ventas de estas propiedades se mantuvieron casi sin cambios, registrando una leve caída del 0.7% en comparación con abril, con una tasa anualizada desestacionalizada de 4.11 millones de unidades, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR). En términos interanuales, las ventas descendieron un 2.8%.
Este estancamiento se debe a varios factores, siendo uno de los más significativos el aumento de las tasas hipotecarias. En abril, la tasa promedio para préstamos fijos a 30 años se incrementó significativamente, alcanzando un pico de más del 7.5% antes de estabilizarse en torno al 7% en mayo, de acuerdo con Mortgage News Daily. Este aumento en las tasas ha desalentado a muchos compradores potenciales, impidiendo una recuperación en las ventas de viviendas.
Las ventas se mantuvieron estables en todas las regiones del país, excepto en el sur, donde se registró una disminución del 1.6%. Sin embargo, un dato positivo es el aumento del inventario de viviendas disponibles, que creció un 6.7% respecto al mes anterior y un 18.5% en comparación con mayo del año pasado. Este incremento en el inventario podría eventualmente moderar el alza de los precios y facilitar la toma de decisiones de compra por parte de los consumidores.
A pesar del aumento en la oferta, los precios continúan en ascenso. En mayo, el precio medio de una vivienda existente alcanzó un récord de $419,300, un 5.8% más que el año anterior, marcando el aumento más significativo desde octubre de 2022. Esta tendencia se observa en todas las regiones del país. La combinación de tasas hipotecarias altas y precios elevados ha hecho que el pago de una hipoteca típica sea más del doble que hace cinco años.
La distribución de las ventas por rangos de precios muestra una disminución en las transacciones de viviendas de menos de $250,000, mientras que las ventas de propiedades valoradas entre $250,000 y $500,000 apenas crecieron un 1%. En contraste, las ventas de viviendas de entre $750,000 y $1 millón aumentaron un 13%, y aquellas valoradas en más de $1 millón subieron casi un 23%.
El efectivo sigue desempeñando un papel crucial en el mercado, representando el 28% de las transacciones. Los compradores primerizos constituyeron el 31% de las ventas, un incremento respecto al 28% del año anterior.
A pesar de los altos precios, la competencia sigue siendo intensa, con dos tercios de las viviendas contratadas en menos de un mes. Redfin, una corredora de bienes raíces, señala que mientras algunas propiedades bien valuadas y en buenas condiciones se venden rápidamente, otras permanecen en el mercado por más tiempo.