La vicepresidenta Kamala Harris propuso un impuesto del 28% sobre las ganancias de capital a largo plazo para hogares con ingresos anuales superiores a $1 millón, suavizando la propuesta del presidente Joe Biden, que contemplaba una tasa del 39.6%.
Durante un mitin en New Hampshire, Harris destacó la necesidad de recompensar la inversión en pequeñas empresas y emprendedores, marcando una diferencia notable con la plataforma económica del actual presidente, que busca gravar ganancias no realizadas para hogares con patrimonios superiores a $100 millones.
Actualmente, las ganancias de capital a largo plazo, que corresponden a activos mantenidos por más de un año, están gravadas a una tasa máxima del 20%.
El anuncio de Harris refleja su intención de equilibrar el apoyo a los negocios emergentes con la presión para gravar las grandes corporaciones, postura que ha generado cierta disconformidad incluso dentro del Partido Demócrata.
El representante Ro Khanna, expresó su desacuerdo con un impuesto sobre ganancias no realizadas, argumentando que podría sofocar la innovación empresarial.
A medida que Harris ajusta su discurso económico, enfrenta críticas del expresidente Donald Trump, quien la acusa de ser una amenaza para la economía estadounidense, comparando su posible gobierno con el colapso financiero de 1929.
Harris continúa reforzando su imagen como defensora de las pequeñas empresas, presentando también una propuesta para ofrecer una deducción fiscal de $50,000 en sus gastos iniciales, diez veces el monto actual. Esta estrategia busca reforzar su posicionamiento antes del próximo debate presidencial.