Los funcionarios de la Reserva Federal se preparan para su reunión de política monetaria este martes 17 de septiembre, con señales de que la inflación está moderándose, pero el tamaño del próximo ajuste en las tasas de interés sigue siendo incierto.
Recientes datos muestran una clara desaceleración en la inflación desde su punto máximo en 2021. El índice de precios al consumidor ha registrado su nivel más bajo desde entonces, y los precios mayoristas también han mostrado signos de estabilidad. Estas mejoras sugieren que la FED podría considerar un recorte en las tasas de interés.
Claudia Sahm, economista de New Century Advisors, afirmó que los datos recientes justificarían un recorte de 50 puntos básicos en lugar de 25, sugiriendo que un ajuste más agresivo podría ayudar a contrarrestar la debilidad en el mercado laboral. “La batalla contra la inflación está ganada. La Reserva Federal debe comenzar a reducir las tasas para evitar un deterioro del empleo,” declaró Sahm.
El índice de precios al consumidor subió solo un 0.2% en agosto, con una inflación anual de 2.5%. Sin embargo, la inflación básica se mantuvo en 3.2%, aún por encima del objetivo de la Fed. Las encuestas muestran que los consumidores esperan una inflación del 2.7% en el próximo año, la cifra más baja desde diciembre de 2020.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, expresó confianza en que la inflación está regresando al objetivo del 2%, pero advirtió que no se busca un mayor enfriamiento en el mercado laboral.
Los analistas esperan que la FED opte por un recorte modesto de un cuarto de punto en su reunión del martes, aunque algunos sugieren que podrían ser necesarios recortes adicionales en el futuro cercano.
Los mercados anticipan una reducción de tasas de hasta 1.25 puntos porcentuales para finales de 2024, reflejando una expectativa de que la FED podría actuar más agresivamente si la inflación sigue bajo control.
Tom Simons, economista de Jefferies, advirtió que, a pesar de los datos alentadores, la Reserva Federal debe mantener una vigilancia estrecha sobre las posibles fluctuaciones en la inflación.