El Washington Post anunció que no respaldará a ningún candidato en las próximas elecciones presidenciales, rompiendo con su tradición de apoyo a demócratas. La decisión, atribuida al propietario Jeff Bezos, fundador de Amazon, generó una oleada de críticas y reacciones entre periodistas, lectores y figuras políticas.
Tradicionalmente, el Post ha apoyado candidatos demócratas desde 1976, a excepción de 1988, respaldando a Hillary Clinton en 2016 y a Joe Biden en 2020 frente a Donald Trump, quien ha tenido una relación tensa con Bezos y el diario.
Esta vez, la editorial planteó una “vuelta a los valores originales” del periódico, según el director ejecutivo Will Lewis, quien afirmó que la nueva política es mantener al diario como un observador imparcial.
Sin embargo, la medida desató críticas de sectores del propio medio y del público. El exeditor del Washington Post, Marty Baron, calificó la decisión como “cobardía,” advirtiendo que Trump podría interpretarla como un incentivo para presionar aún más a los medios y a Bezos.
La columnista Karen Attiah expresó en redes sociales su indignación, describiendo el anuncio como una “puñalada por la espalda” a quienes arriesgan sus carreras defendiendo los derechos humanos. Además, el Washington Post Guild, sindicato de trabajadores del medio, se mostró preocupado por las cancelaciones de suscripciones que la decisión ha suscitado, advirtiendo que se podría dañar la relación con lectores en un momento crucial.
A nivel político, el congresista demócrata Ted Lieu advirtió en redes sociales que “acobardarse” de esta forma representa un retroceso para la libertad de prensa y una amenaza para la democracia. A su vez, otros medios, como Los Angeles Times, se sumaron al debate sobre la ética de mantener una postura neutral en elecciones que muchos consideran determinantes para el futuro político de Estados Unidos.
En medio de estas reacciones, la decisión de Bezos y el Post plantea una interrogante sobre el papel de los medios tradicionales en un entorno de polarización política creciente, y si su papel debe permanecer como observadores neutrales o defensores activos de valores democráticos.