En medio de la intensificación de las políticas migratorias bajo la administración Trump, una ola de impostores que se hacen pasar por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha sembrado el caos en comunidades migrantes. Autoridades en al menos tres estados han reportado arrestos por suplantación de identidad, revelando un preocupante patrón de acoso y abuso.
En Carolina del Sur, Sean-Michael Johnson, de 33 años, fue capturado en video amenazando a un grupo de latinos con deportación. “¡Los atraparon a todos! ¿De dónde son, de México? ¡Se van a regresar a México!”, gritó Johnson, quien incluso arrebató las llaves del vehículo y agredió verbalmente a las víctimas. El incidente, ocurrido el 29 de enero en la isla Sullivan, dejó al descubierto no solo su racismo, sino también la vulnerabilidad de las comunidades migrantes.
En Filadelfia, un estudiante de la Universidad de Temple, Aidan Steigelmann, de 22 años, fue arrestado por intentar ingresar a una residencia universitaria haciéndose pasar por agente de ICE. Mientras tanto, en Carolina del Norte, Carl Thomas Bennett, de 37 años, fue acusado de agredir sexualmente a una mujer en un Motel 6, amenazándola con deportación si no accedía a sus demandas.
Estos casos han encendido las alarmas. “Los inmigrantes son un blanco para las estafas, y esto amplifica su vulnerabilidad”, señaló Nikki Marin Baena, de Siembra NC. Por su parte, ICE condenó enérgicamente estas acciones, recordando que sus agentes son “profesionales altamente capacitados”.
Sin embargo, organizaciones como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) advierten que las políticas de la administración Trump están fomentando un clima de miedo. “El objetivo es crear pánico y caos”, afirmó Maribel Hernández Rivera, de ACLU.
Mientras los impostores son llevados ante la justicia, las comunidades migrantes siguen en alerta, buscando protección en un entorno cada vez más hostil.