La petrolera británica BP enfrenta un duro golpe financiero tras reportar una drástica caída del 48% en sus ganancias del cuarto trimestre, atribuida a la debilidad en los márgenes de refinación y costos operativos más altos. A pesar de la crisis, la compañía anunció una recompra de acciones por $1,750 millones para calmar a los inversionistas.
El impacto fue evidente: la ganancia por costo de reemplazo (RC) de BP se desplomó a $1,169 millones, muy por debajo de los $2,990 millones obtenidos en el mismo período del año pasado.
“Ahora tenemos previsto reestructurar radicalmente nuestra estrategia”, aseguró Murray Auchincloss, CEO de la compañía, subrayando la necesidad de impulsar mejoras para aumentar la rentabilidad.
La deuda neta de BP se disparó a $23,000 millones, con una caída en los gastos de capital a $3,700 millones, lo que plantea dudas sobre su estabilidad financiera. “Esperábamos un recorte en la recompra de acciones, aunque aún hay incertidumbre”, señalaron analistas de RBC.
Mientras Shell vio un aumento del 6% en sus acciones, BP perdió 9% en un año, rezagándose en la competencia petrolera. Sin embargo, la entrada del fondo de cobertura Elliott Management ha despertado especulaciones sobre posibles cambios drásticos en la compañía.
BP intenta recuperar terreno con recortes de costos y venta de activos, pero la incertidumbre persiste.