La imagen de Tesla, inseparable de su CEO Elon Musk, está sufriendo un duro golpe a medida que su incursión en la política por parte del multimillonario genera una reacción negativa entre sus clientes tradicionales.
Históricamente, la marca fue sinónimo de innovación y sostenibilidad, atrayendo a consumidores, muchos en Europa, preocupados por el medio ambiente. Sin embargo, su apoyo abierto a Donald Trump y a partidos de extrema derecha en Europa ha generado un cambio de percepción en el mercado, con algunos compradores sintiéndose incómodos al ser asociados con la ideología del magnate.
Las encuestas reflejan una drástica caída en el interés por la marca. En 2022, el 22% de los compradores de automóviles consideraban adquirir un Tesla, cifra que cayó al 7% en 2023, según Strategic Vision. Mientras tanto, el 63% de los encuestados ahora afirma que no compraría un Tesla, un incremento de 10 puntos en menos de un año. Este cambio se traduce en un impacto financiero tangible: las ventas globales de Tesla cayeron un 1% en 2023, a pesar de que el mercado de vehículos eléctricos creció un 25%.
Musk, la política y el éxodo de clientes
Elon Musk ha adoptado una postura política agresiva, desde su respaldo a Trump hasta su apoyo al partido ultraderechista AfD en Alemania. En EE.UU., los republicanos ahora muestran mayor inclinación a comprar un Tesla que los demócratas, un giro significativo en la demografía de la empresa. Sin embargo, los analistas advierten que el entusiasmo de los conservadores por la marca no garantiza un aumento en ventas, ya que muchos siguen rechazando los vehículos eléctricos.
La reacción no se ha hecho esperar. Manifestaciones en tiendas Tesla, actos vandálicos en estaciones de carga y protestas dentro de la propia compañía han evidenciado el malestar. Algunos empleados han expresado públicamente su descontento, y exclientes como Bob Eckert y Larry Broughton han vendido sus Teslas, asumiendo pérdidas financieras con tal de distanciarse de la figura de Musk.
Tesla pierde valor mientras la competencia avanza
El precio de las acciones de Tesla ha caído un 35% en 2024, revirtiendo gran parte de las ganancias obtenidas tras la victoria de Trump. Mientras tanto, competidores como Ford y BMW han aprovechado la situación para ofrecer incentivos a expropietarios de Tesla, lo que ha acelerado la migración de clientes.
Con una imagen cada vez más polarizada, Tesla enfrenta un futuro incierto. La pregunta ahora es si Musk podrá contener la fuga de clientes y empleados o si su compromiso político seguirá debilitando a la compañía que una vez lideró la revolución de los vehículos eléctricos.
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