Desde Washington, la advertencia fue clara y directa: se ofrece hasta $10 millones por pistas que revelen las operaciones clandestinas de una de las organizaciones más temidas del mundo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que busca información clave sobre las actividades financieras de Hezbolá en la región conocida como la triple frontera, entre Argentina, Brasil y Paraguay. El objetivo: desmantelar sus redes de financiamiento ilícito. “El grupo es responsable de llevar a cabo ataques terroristas en el hemisferio occidental, incluido el atentado del 18 de julio de 1994 contra la Sociedad Judía de Socorro Mutuo de Argentina”, señala el comunicado.
Según el programa Recompensas por la Justicia, Hezbolá estaría operando esquemas multimillonarios que van desde el lavado de dinero, el narcotráfico y el contrabando de petróleo y diamantes, hasta la falsificación de dólares y documentación. Las ganancias obtenidas serían utilizadas para financiar su aparato terrorista, que mantiene ramificaciones en Medio Oriente y ahora también en América Latina.
La policía federal brasileña ha investigado desde hace más de dos décadas posibles conexiones entre Hezbolá y el grupo criminal Primer Comando Capital. Se sospecha que estas alianzas han permitido a ambos actores expandirse a nuevos sectores, incluyendo la minería ilegal en la Amazonía y el floreciente mundo fintech de Sao Paulo.
Aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil se negó a comentar, el mensaje estadounidense fue inequívoco: están dispuestos a pagar millones por información que permita frenar el avance de Hezbolá en el continente.
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