El presidente Donald Trump y el presidente chino Xi Jinping durante una llamada telefónica de aproximadamente 90 minutos, acordaron reiniciar negociaciones comerciales, una movida que busca calmar las crecientes tensiones por los minerales de tierras raras y los aranceles bilaterales.
“Estamos en muy buena forma con China y el acuerdo comercial”, dijo Trump, anunciando nuevas rondas de conversaciones con funcionarios clave como Scott Bessent, Howard Lutnick y Jamieson Greer.
La llamada, centró su atención en cuestiones críticas como imanes de tierras raras. Trump señaló que el conflicto comercial “se había desviado un poco” pero afirmó que lo estaban resolviendo. Aunque los inversores reaccionaron con cautela, Wall Street no tardó en registrar leves repuntes.
Un guiño de ambos lados
El gobierno chino declaró que Trump aceptó visitar China, mientras Xi correspondería con una visita a Estados Unidos. La llamada también sirvió para que el presidente estadounidense reafirmara su postura sobre los estudiantes chinos: “Vienen estudiantes chinos. No hay problema. Es un honor para nosotros recibirlos”.
Sin embargo, China no bajó la guardia. Pidió que Estados Unidos eliminara las “medidas negativas” impuestas, asegurando que Pekín había cumplido con la tregua arancelaria acordada en mayo en Ginebra, a pesar de las quejas de Washington.
Tensiones no resueltas
El tono no fue totalmente optimista. Howard Lutnick advirtió sobre la necesidad de frenar la transferencia tecnológica, citando los peligros de permitir que China supere a EE. UU. en inteligencia artificial. Xi, por su parte, comparó la relación bilateral con un “barco gigante” que necesita navegación cuidadosa.
A pesar del intento de distensión, siguen existiendo grandes diferencias. Trump ha dicho reiteradamente que prefiere las conversaciones directas con Xi, pero el líder chino parece inclinarse por dejar los detalles en manos de sus delegaciones.
La historia se repite
No es la primera vez que ambas potencias intentan desactivar una guerra comercial. En 2018, un acuerdo similar colapsó tras meses de aranceles, hasta que se firmó el acuerdo de “Fase Uno” en 2020. Ahora, se teme que algo similar vuelva a ocurrir.
Pekín intentará aliviar los controles a la exportación de chips y componentes clave para su avance en IA y defensa. Pero eso choca con el consenso bipartidista en Washington de que China representa una amenaza.
Geopolítica al rojo vivo
Más allá del comercio, los roces sobre Taiwán y la seguridad en el Indo-Pacífico mantienen el fuego encendido. El secretario de Defensa Pete Hegseth calificó a China como una “amenaza inminente”, generando protesta oficial desde Pekín. El intento de tregua podría ser tan frágil como el teléfono que la inició.
Mantente al día en la actualidad financiera conectándote a la señal en vivo de Comercio TV aquí.