Pocos esperaban un viraje tan brusco en la balanza comercial de Estados Unidos. Sin embargo, las cifras de abril han tomado por sorpresa incluso a los economistas más conservadores y juegan a favor de la administración del actual presidente Donald Trump.
El déficit comercial estadounidense se redujo en más de la mitad, pasando de $138,300 millones en marzo a $61,600 millones en abril, según el Departamento de Comercio.
Se trata del mayor descenso mensual en dólares desde 1992, impulsado por una caída récord del 16% en las importaciones, especialmente en bienes de consumo, que retrocedieron un 32%. Solo en productos farmacéuticos, el recorte fue de $26,000 millones.
Los analistas señalan que esta contracción responde al “efecto pánico” generado por los aranceles del “Día de la Liberación”, impulsados por el presidente Donald Trump a inicios de abril. “Las empresas aún están agotando inventarios acumulados por temor a los aranceles”, explicó Joe Brusuelas, economista jefe de RSM.
Aunque las exportaciones crecieron un 3% hasta alcanzar $289,400 millones —una cifra récord—, los expertos advierten que el panorama podría tornarse volátil. “Oscilaciones como esta solo ocurren en condiciones de extrema perturbación política”, advirtió Brusuelas.
La Casa Blanca defiende la medida. Asegura que las tarifas fortalecerán la industria local y equilibrarán el comercio. Sin embargo, los economistas advierten que estas políticas podrían estar provocando el equivalente económico de un divorcio. “Estamos viendo una reducción impulsada no por crisis externas, sino por políticas deliberadas”, afirmó Douglas Irwin, del Dartmouth College.
El futuro inmediato dependerá del comportamiento del comercio global y la evolución del segundo trimestre. Por ahora, los analistas recomiendan considerar el promedio entre los dos trimestres como la mejor lectura del crecimiento económico.
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