Un lunes de intensas reacciones en Wall Street volvió a poner a Elon Musk en el centro del debate. El empresario recurrió a X para lanzar una predicción que, de cumplirse, reconfiguraría por completo el valor de Tesla y su papel dentro del S&P 500.
“Aproximadamente el 80% del valor de Tesla será Optimus”, escribió Musk, refiriéndose a los robots humanoides que aún no llegan al mercado. No es la primera vez que expone su visión futurista: en 2024 aseguró que Optimus podría llevar a Tesla a convertirse en una empresa de $25 billones, cifra superior a la mitad del valor total del índice bursátil en ese momento.
El mensaje llega mientras Tesla atraviesa una racha de ventas a la baja, presionada por competidores chinos de menor costo, un portafolio de vehículos eléctricos que luce envejecido y la polémica política del propio Musk, hoy muy ligado a la administración Trump. Sin embargo, insiste en que el verdadero potencial de la compañía se encuentra en la inteligencia artificial aplicada al mundo físico. “Es importante destacar que Tesla es por lejos el mejor del mundo en inteligencia artificial en el mundo real”, dijo durante la conferencia con analistas en julio.
Los avances son aún modestos frente a la competencia. En robotaxis, la empresa apenas inició pruebas en Austin y San Francisco, mientras que Waymo, de Alphabet, ya superó los 10 millones de viajes pagados y Baidu despliega Apollo Go en China. En robótica humanoide, Tesla se enfrenta a gigantes como Boston Dynamics, Agility Robotics y la china Unitree.
Musk prometió fabricar 5,000 unidades de Optimus este año y producir en Fremont a partir de 2025, pero el proyecto sufrió un golpe con la salida de Milan Kovac, vicepresidente de robótica de Tesla. Aun así, el magnate sostiene que Optimus será el producto decisivo: un robot bípedo capaz de trabajar en fábricas o incluso cuidar niños, y que —según él— redefinirá el futuro económico de Tesla.
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