Un nuevo dato económico captó la atención de los mercados en medio de señales encontradas sobre la trayectoria de los precios en Estados Unidos. Mientras la inflación al consumidor sigue siendo un punto de debate, el informe más reciente sobre los precios al productor mostró un movimiento inesperado que reaviva la discusión sobre la política de la FED.
El último reporte del Bureau of Labor Statistics mostró que los precios al por mayor cayeron 0.1% en agosto, un respiro inesperado en medio de la presión inflacionaria. El índice de precios al productor (PPI) sorprendió al ubicarse muy por debajo de la expectativa de un alza de 0.3%. En términos anuales, el PPI avanzó 2.6%, mientras que la medida subyacente, que excluye alimentos y energía, retrocedió también 0.1%. Estos datos impulsaron a los futuros de Wall Street y elevaron las probabilidades de un recorte de tasas por parte de la FED.
El mercado ahora da por hecho que la Reserva Federal aplicará su primer recorte desde diciembre de 2024, con una ligera probabilidad (10%) de que sea de medio punto porcentual. El enfriamiento en los precios de servicios, que cayeron 0.2%, fue clave para el dato general, con una fuerte contracción de 3.9% en márgenes de maquinaria y vehículos. Sin embargo, bienes como tabaco mostraron alzas de 2.3%, reflejando el impacto de los aranceles impulsados por Donald Trump.
El verdadero desafío está en el mercado laboral: la revisión de cifras mostró que se crearon casi 1 millón de empleos menos de lo reportado previamente, lo que reaviva dudas sobre la solidez económica de EE. UU. y eleva la presión para que el banco central actúe con rapidez.
Dentro de los servicios, las mayores presiones vinieron de una caída de 3.9% en márgenes de maquinaria y vehículos, mientras que rubros como gestión de carteras subieron 2%. En los bienes, los precios del tabaco avanzaron 2.3%, pero la energía bajó 0.4% y el gas natural cayó 1.8%. Un punto relevante fue la llamada inflación subyacente —que excluye alimentos, energía y servicios comerciales—, la cual repuntó 0.3% en agosto y acumuló un alza de 2.8% en 12 meses, la mayor desde marzo, cuando alcanzó 3.5%.
Para la comunidad latina en EE. UU., estos datos no son ajenos. Una inflación mayorista más moderada puede aliviar costos en alimentos y energía, sectores que golpean con fuerza el presupuesto familiar de los hogares hispanos. No obstante, la persistencia de aumentos en insumos clave mantiene la incertidumbre sobre si esta tregua será duradera.
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