En medio de la tensión por la suspensión del programa “Jimmy Kimmel Live!”, el presidente Donald Trump dejó entrever una nueva disputa con los principales medios de comunicación. A bordo del Air Force One, lanzó una advertencia que ha puesto a la industria televisiva bajo presión.
El mandatario aseguró que “leí en alguna parte que las cadenas estaban en un 97% en mi contra, nuevamente, un 97% negativo, y aun así gané, y fácilmente, los siete estados clave”. Con ese argumento, cuestionó la imparcialidad de las emisoras y abrió la puerta a medidas más drásticas: “Creo que tal vez se les debería retirar la licencia”.
Sus declaraciones llegaron tras la suspensión de Jimmy Kimmel, quien vinculó al presunto asesino del activista conservador Charlie Kirk con el movimiento MAGA. La Comisión Federal de Comunicaciones, encabezada por Brendan Carr, ya había advertido que la licencia de ABC podría estar en riesgo si la cadena no actuaba contra el presentador. Trump reforzó esa idea: “La decisión estará en manos de Brendan Carr”.
El presidente también incluyó a otros nombres de la televisión nocturna en sus críticas. “Cuando tienes una cadena y programas nocturnos, y lo único que hacen es atacar a Trump… tienen licencia. No se les permite hacer eso. Son una rama del Partido Demócrata”, afirmó al referirse a Kimmel y Stephen Colbert.
Carr, considerado un aliado de Trump, manifestó ante las cámaras de la cadena estadounidense CNBC que “aún no hemos terminado” con los cambios en el ecosistema mediático. El propio presidente elogió a Carr como “excepcional” y “un patriota”, sugiriendo que su administración podría respaldar un endurecimiento en el control sobre las cadenas.
El debate se centra en las licencias de televisión abierta, reguladas por la FCC, a diferencia de la televisión por cable. La amenaza de retirarlas marca un capítulo más en la confrontación directa de Trump con los medios tradicionales.
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