Un movimiento desde Washington está generando inquietud en las principales empresas tecnológicas del mundo. La propuesta de imponer tarifas más elevadas para las visas H-1B amenaza con alterar el delicado equilibrio de la competencia global por los profesionales de alto nivel, reorientando su destino hacia geografías inesperadas.
Golfo Pérsico: nuevo imán para Silicon Valley
El plan del presidente Donald Trump, que contempla tarifas de hasta $100,000 por solicitud de visa H-1B, podría acelerar la migración de ingenieros y expertos en inteligencia artificial hacia Medio Oriente. Con Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos a la cabeza, la región impulsa estrategias como la Visión 2030 y la Estrategia Nacional de IA, respaldadas por millonarias inversiones soberanas y privadas.
Francesco Filia, director ejecutivo de Fasanara Capital, destacó que “los países del Golfo ofrecen paquetes de compensación entre los más altos del mundo” para atraer a talentos de Silicon Valley.
Con salarios competitivos, medio oriente ofrece un marco regulatorio flexible, infraestructura moderna y visas doradas de largo plazo que garantizan estabilidad laboral. “El Golfo también ofrece un estilo de vida cosmopolita con acceso a todo lo que Asia tiene para ofrecer”, añadió Filia.
La rigidez estadounidense se convierte así en la oportunidad perfecta para que la región consolide su ambición de convertirse en un nuevo epicentro tecnológico global.
Oportunidades y límites
El Reino Unido y Europa enfrentan dificultades para competir, limitados por menores incentivos y un ambiente político menos favorable a la inmigración. En contraste, voces empresariales como Simon Hopkins de Milltrust International sostienen que “Estados Unidos y el Reino Unido se han disparado en el pie con políticas de inmigración desacertadas”.
Amina Taher, ejecutiva de Wio Bank, subrayó que lo que distingue a Emiratos Árabes Unidos es “su capacidad de combinar ambición con infraestructura, generando un entorno donde la innovación avanza rápidamente”. Arabia Saudita, por su parte, impulsa megaproyectos como la futurista ciudad NEOM y plataformas nacionales de capacitación que buscan posicionar al país como eje de la economía digital.
No obstante, persisten barreras: la ausencia de un camino claro hacia la ciudadanía y la volatilidad regional generan cautela. Michael Stull, de ManpowerGroup UK, advirtió que “seguirás siendo considerado alguien al margen, no parte del país”. Además, los conflictos en Israel y Hamás, así como las tensiones con Irán, recuerdan que la estabilidad aún es frágil.
La medida de Trump, aún en debate, ha encendido una carrera global por retener al talento tecnológico. Mientras Estados Unidos busca restringir su entrada, Medio Oriente se mueve rápido para captarlo y consolidarse como un polo estratégico en la innovación mundial.
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