El ambiente en Washington estuvo marcado por cautela y desconcierto mientras la Reserva Federal (FED) tomó una decisión que, aunque esperada, abre nuevos interrogantes sobre el rumbo económico de Estados Unidos. En su segunda reunión consecutiva con medidas expansivas, el banco central recortó los tipos de interés un cuarto de punto, situándolos en un rango entre 3.75% y 4%. La medida llega en un momento de señales mixtas: inflación persistente, desaceleración laboral y escasez de datos por el cierre del gobierno.
Un recorte esperado, pero con dudas crecientes
El ajuste, que coloca las tasas en su nivel más bajo en tres años, se produce mientras los funcionarios intentan evitar que la ralentización del empleo se convierta en un freno estructural para la economía. La FED también aprobó el fin de la liquidación de sus tenencias de bonos del Tesoro, una cartera valorada en $6,6 billones. Sin embargo, la institución enfrenta un dilema: hasta qué punto puede seguir bajando los tipos sin reavivar las presiones inflacionarias.
En septiembre, la mayoría de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto preveían dos recortes más en 2025, aunque una minoría se opone debido al repunte de precios vinculado a los aranceles impulsados por la administración Trump. La falta de datos recientes, producto del cierre gubernamental, complica las proyecciones. “No han aprendido mucho desde septiembre, y eso deja márgenes más amplios de incertidumbre”, advirtió William English, exasesor de la FED.
Un contexto marcado por la fragilidad del empleo
Jerome Powell reconoció que “no existe una senda libre de riesgos” al intentar equilibrar crecimiento e inflación. Aunque la FED busca sostener la actividad, varios sectores ya muestran señales de tensión: grandes empresas anuncian despidos, el consumo se modera y la creación de empleo cae. Durante el trimestre que terminó en agosto, la economía generó apenas 29,000 empleos mensuales, muy por debajo de los 82,000 del mismo periodo del año anterior.
Algunos economistas advierten que el mercado laboral podría estar ajustándose a una nueva realidad demográfica. Con menos inmigrantes incorporándose a la fuerza laboral, la cantidad de nuevos empleos necesarios para mantener estable la tasa de desempleo cayó a unos 50,000 al mes, lejos de los 150,000 que se requerían en los primeros años tras la pandemia.
Crecimiento sostenido y el dilema de diciembre
Los mercados financieros, en alza desde hace semanas, anticipan más recortes, pero no todos comparten ese optimismo. James Bullard, ex presidente de la FED de St. Louis, sostuvo que un nuevo recorte en diciembre “sería más arriesgado de lo que el mercado asume”. Según él, el sólido gasto del consumidor y la mejora en la inflación justifican una pausa para evitar un sobrecalentamiento.
Aun así, analistas como Vincent Reinhart, economista jefe de BNY Investments, creen que detener el ciclo de flexibilización sería más difícil que continuarlo: “Es más fácil seguir recortando que frenar”, señaló.
El panorama económico sigue siendo incierto, atrapado entre una inflación que ronda el 3% y una economía que intenta mantener el equilibrio. Sin datos oficiales que confirmen la magnitud de la desaceleración, la FED se enfrenta al reto de actuar casi a ciegas, mientras los mercados y los hogares estadounidenses esperan señales más claras sobre el rumbo financiero del país.
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