La farmacéutica danesa más importante del mundo atraviesa un momento de ajuste estratégico mientras el sector global de medicamentos para la obesidad experimenta una competencia feroz. En medio de presiones regulatorias, conflictos corporativos y expectativas en revisión, Novo Nordisk busca preservar su liderazgo sin perder el impulso que la convirtió en pionera de los tratamientos con GLP-1.
Resultados a la baja y revisión de expectativas
Novo Nordisk informó un beneficio neto de 20,000 millones de coronas danesas ($3,100 millones de dólares), muy cerca de los 20,120 millones proyectados por analistas de FactSet. Sin embargo, redujo por cuarta vez en el año su previsión de crecimiento, anticipando un aumento de ventas de entre 8% y 11%, frente al rango previo de 8% a 14%. Su estimación de crecimiento operativo también se recortó, pasando del 4%-10% al 4%-7%.
Las ventas de Wegovy, su popular fármaco para bajar de peso, subieron 18% interanual hasta 20,350 millones de coronas danesas, aunque se quedaron por debajo de las expectativas de 21,350 millones. El beneficio operativo de los primeros nueve meses de 2025 alcanzó 95,900 millones de coronas, un 10% más que el año anterior, afectado por costos de reestructuración de 9,000 millones. “Si bien logramos un sólido crecimiento de las ventas, las menores expectativas de crecimiento para nuestros tratamientos con GLP-1 han llevado a una revisión a la baja”, reconoció Mike Doustdar, CEO de la compañía.
Presión competitiva y tensiones regulatorias
Las acciones de Novo cayeron 4.5% tras el informe y acumulan una pérdida del 44.8% en 2025. Doustdar señaló que los medicamentos contra la obesidad de la empresa “atienden a un millón de pacientes en Estados Unidos”, lo que representa un tercio del mercado. No obstante, el auge de competidores y los efectos de las políticas estadounidenses de precios han afectado su desempeño.
Analistas de UBS estiman que las dificultades persistirán hasta 2026, aunque consideran que el impacto de la nueva negociación directa con IRA será “de un solo dígito”. Berenberg, en contraste, mantuvo una visión optimista, afirmando que “el perfil de crecimiento superior de Novo y sus resultados de I+D de primer nivel justifican una prima de valoración más alta que la de sus competidores”.
La batalla por Metsera
La farmacéutica también protagoniza una intensa pugna con Pfizer por la adquisición de la biotecnológica estadounidense Metsera. Novo elevó su oferta a $10,000 millones, superando la de $9,000 millones presentada días antes. Pfizer respondió con una segunda demanda, acusando a Novo de prácticas anticompetitivas, alegaciones que la danesa calificó de “falsas y carentes de fundamento”.
Doustdar defendió la estrategia asegurando que la compra “ampliaría aún más nuestro alcance y expandiría el mercado”. Destacó además que Metsera posee “algunos de los mejores fármacos complementarios” a la línea de desarrollo de Novo.
En un entorno de alta volatilidad, la farmacéutica danesa busca mantener su posición como líder mundial en terapias contra la obesidad, apostando a la innovación y a la expansión de su portafolio como pilares para sostener su dominio frente a la creciente competencia.
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