Pfizer presentó una orientación moderada para 2026, reflejando el tiempo que necesitarán sus grandes inversiones para compensar la fuerte caída en los ingresos ligados a la pandemia y la presión sobre medicamentos más antiguos. La compañía prevé un beneficio ajustado de entre $2.80 y $3 por acción, por debajo del consenso de $3.05, mientras que los ingresos se ubicarían entre $59,500 y $62,500 millones, prácticamente estables frente a 2025. Tras el anuncio, las acciones cayeron cerca de 5%.
La farmacéutica reconoció que la disminución de las ventas de su vacuna contra la COVID-19 y del antiviral Paxlovid restará alrededor de $1,500 millones interanuales en 2026, llevando esos ingresos a unos $5,000 millones. A ello se suma otro impacto similar por la pérdida de exclusividad de varios productos. “Las patentes de Pfizer expiran principalmente en 2026 y 2028”, señaló el director financiero Dave Denton, quien advirtió que unos $17,000 millones en ingresos estarán expuestos a ese vencimiento.
En paralelo, el anticoagulante Eliquis enfrentará precios más bajos en Medicare tras negociaciones bajo la Ley de Reducción de la Inflación. Analistas como Chris Schott, de JPMorgan, consideraron que las perspectivas eran “en gran medida esperadas”, mientras que Evan Seigerman, de BMO, afirmó que la previsión conservadora “deja espacio [para] ajustes” ante la incertidumbre regulatoria.
El director ejecutivo Albert Bourla defendió la estrategia de la compañía y afirmó que los comentarios recientes de la FDA sobre vacunas “carecen de fundamento” y “no van a cambiar la forma en que evaluamos nuestras inversiones a largo plazo”. Pfizer, además, destacó avances en su programa de ahorro, con más de $7 mil millones en recortes previstos para 2027.
La hoja de ruta de la empresa dibuja un periodo de contención, donde disciplina financiera y paciencia serán claves para que las apuestas actuales terminen redefiniendo su crecimiento futuro.
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