Los bancos centrales de cada país, además de emitir la moneda, también tienen como función orientar la política monetaria. En Estados Unidos esa función la cumple la Reserva Federal.
Cuando la Reserva Federal aumenta las tasas de interés, tiene un impacto directo sobre la economía, ya que las tasas que cobra la banca comercial a sus clientes también crecerán, esto significa intereses más altos en tarjetas de crédito y préstamos en general, y como consecuencia, los niveles de gasto se contraerán. Debido a esto, algunos analistas están pidiendo a la Reserva Federal bajar sus tasas de interés.
“La próxima recesión en los EE. UU. Podría desencadenarse por una política aún restrictiva de la Reserva Federal a menos que el banco central haga un esfuerzo comprometido y sostenido para bajar las tasas de interés”, dijo Barry Bannister jefe de estrategia de capital institucional de Stifel.
Bannister, agregó que “La tasa de fondos federales es demasiado alta en relación con la tasa neutral, el nivel teórico en el que la política no alimenta ni inhibe el crecimiento económico. Una política monetaria demasiado ajustada podría obstaculizar el crecimiento económico de Estados Unidos e incluso provocar una recesión. El rango de tasas objetivo de la Fed está entre 2% y 2.25% después de un corte de 25 puntos básicos en julio”.
Todos estos comentarios surgen justamente en momentos en el que las tensiones comerciales entre EEUU y China escalan semana a semana, afectando también al mercado bursátil que debido a esto ha tenido un comportamiento bastante volátil.
“Las tasas señalan un mercado bajista, y las dudas de la Fed corren el riesgo de repetir la última posición de Custer en Little Big Horn”, escribió Bannister, refiriéndose a la batalla de 1876 entre las fuerzas estadounidenses y varias tribus nativas americanas. “La Fed debería ir rápidamente por debajo de neutral, ya que las crisis se producen en ‘spreads’ progresivamente más bajos a neutral”.
Según economistas expertos, actualmente está sucediendo algo que por lo general ocurre previo al inicio de una recisión y es que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años se cotiza actualmente por debajo de su contraparte de 3 meses. Es un fenómeno llamado inversión de curva de rendimiento.
Los temores de la llegada de una recesión económica, junto a las preocupaciones sobre el conflicto comercial con China, ya han pasado factura a las acciones. El índice S&P 500 ha caído más del 3% en el último mes.
Pero el panorama no es del todo desalentador ya que la economía de los Estados se expandió un 2% en el segundo trimestre, mientras que la confianza del consumidor se mantiene cerca de su nivel más alto desde el año 2000.
En 2018 la FED aumentó las tasas cuatro veces, y la última provocó una venta masiva de acciones en diciembre. Los cambios en la política monetaria de la Reserva Federal influyen fuertemente en los rendimientos del Tesoro, sobre todo en los de corto plazo. Entre tanto, las tasas de los bonos a 10 años y 30 años, están más sujetos a las condiciones del mercado.
“Las medidas de política monetaria más sencillas, como los recortes de tasas, podrían aumentar la curva de rendimiento y llevar la tasa de fondos federales por debajo del nivel neutral. Sin embargo, la Reserva Federal debe ser agresiva al reducir las tasas” dijo Bannister.
Incluso si la Fed recorta las tasas en otros 25 puntos básicos el mes entrante, como es de esperarse, “la política aún sería demasiado estricta”, comentó Bannister.
“Habiendo alcanzado la neutralidad en el 4T18 y presionando al mercado, se está acabando el tiempo para que la Fed reduzca tasas”, escribió.