La energía que utilizan los hogares y empresas contribuye significativamente al cambio climático. En los Estados Unidos, una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la producción de electricidad, según informó la Agencia de Protección Ambiental.
El sector eléctrico estadounidense sigue dependiendo de los combustibles fósiles. Para 2021, el 61% de la generación de electricidad provino de la quema de carbón, gas natural o petróleo. Solo el 20% de la electricidad provino de energías renovables, principalmente energía eólica, hidroeléctrica y solar, según la oficina Administradora de Información de Energía de los EEUU. El restante 19% se obtuvo de la energía nuclear.
A pesar que los resultados no son los esperados, el uso de energías renovables ha aumentado constantemente desde la década de los noventas. Por ejemplo, la energía eólica proporcionó solo 2,800 millones de kilovatios-hora de electricidad en 1990, duplicándose a 5,600 millones en 2000. Pero a partir de ahí, se disparó, creciendo a 94,600 millones en 2010 y 379,800 millones en 2021.
El avance no está ocurriendo lo suficientemente rápido como para eliminar los peores efectos del cambio climático para las nuevas generaciones. “Necesitamos eliminar las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2050”, escribió Bill Gates en su carta anual de 2023.
La tecnología para generar electricidad con energía eólica y solar existe desde hace décadas. Entonces, ¿por qué la red eléctrica de los EEUU no funciona al 100% con energías renovables? ¿Y qué se necesita para llegar allí?
En primer lugar, las energías renovables solo hasta hace unos cuantos años se han vuelto competitivas en costos frente a los combustibles fósiles. Incluso en este omento los precios dependen de la ubicación ya que la disposición de aire, agua o sol varían en cada región.
Luego está el costo de la transición a las energías limpias, ya que habrá que retirar una planta obsoleta y construir una nueva.
Adicionalmente una de las mayores barreras para una red 100% renovable es la intermitencia de muchas fuentes de energía renovable. El viento no siempre sopla y el sol no siempre brilla, y los lugares más ventosos y soleados no están cerca de todos los principales centros de población del país.
La solución es una combinación de baterías para almacenar el exceso de energía para momentos en que la generación es baja y líneas de transmisión para llevar la energía a donde se necesita.
Las líneas de transmisión son otro factor limitante. Paul Denholm, del Laboratorio Nacional de Energía Renovable, dijo que “Hemos podido construir una buena cantidad de energía eólica y solar sin agregar nueva transmisión, pero realmente estamos llegando al límite, especialmente para la energía eólica, porque no hay mucha transmisión ubicada en los lugares en el país donde hace mucho viento”.
“Así que absolutamente necesitamos construir más transmisión para aprovechar esos recursos eólicos de súper alta calidad, particularmente en el centro del país”, agregó.
El sistema de transmisión en los EEUU está construido para la capacidad eléctrica actual, y la construcción de nuevas líneas de transmisión que recorren cientos de millas puede tomar entre 10 y 15 años, afirmó John Moura, director de evaluación de confiabilidad en North American.
Varios componentes de la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos firmada en noviembre de 2021 otorgaron a la Comisión Federal Reguladora de Energía una autoridad de permisos mucho más fuerte, dijo a CNBC el analista de líneas de transmisión Rob Gramlich. Aún así, algunos cambios clave en las reglas no llegaron a la meta. No se incluyó ningún crédito fiscal de transmisión en la Ley de Reducción de la Inflación de este año, y los esfuerzos del Senador Joe Manchin para reformar los permisos, hasta ahora no han sido aprobados.
Otra preocupación comúnmente citada es que ser 100% renovable requerirá enormes extensiones de tierra cubiertas con paneles solares o parques eólicos. Pero “ese definitivamente no es el desafío”, dijo Moura .
Se necesitaría un total del 0.84 por ciento de la tierra de EEUU para respaldar un sistema de energía completamente renovable, dijo el profesor de Stanford Mark Jacobson. En comparación, la industria de los combustibles fósiles ocupa el 1.3 por ciento de la tierra de EEUU.
“La energía eólica marina, las mareas y las olas no ocupa ningún terreno nuevo. La energía fotovoltaica en los tejados no ocupa ningún terreno nuevo”, dijo.
Entonces, en realidad, la única tierra nueva requerida sería para instalaciones solares administradas por empresas de servicios públicos y para turbinas eólicas en tierra.
“En Noruega, no se puede comprar un vehículo de gasolina después de 2025. Eso crea una gran certeza en el mercado. Todo el mundo sabe cuándo sucederá y qué tiene que hacer”, dijo Saul Griffith defensor de la electrificación masiva con fuentes renovables.
La Ley de Reducción de la Inflación de agosto de 2022 estaba repleta de incentivos para impulsar las energías renovables, pero no se fijaron fechas claras para la finalización de la era de la generación de combustibles fósiles.
“Realmente no envía una señal clara a las empresas de servicios públicos de que, ‘No, ya no pueden instalar redes de gas natural para calentar hogares. No, no pueden hacer esto o aquello o lo otro’. Así que creo que una mayor certeza regulatoria y legislativa ayudaría mucho a Estados Unidos”, dijo Griffith.
Hasta entonces, seguirá siendo más barato y más fácil seguir haciendo las cosas de la misma manera.
En Australia, más del 30% de los hogares tienen energía solar en la azotea y es “la energía más barata que la humanidad haya tenido”, dijo Griffith. Entre tanto, en los EEUU solo alrededor del 1 al 2 por ciento de los hogares tienen energía solar en sus casas.
Para que todo esto cambie, dijo que los estadounidenses tendrán que ver una mejor alternativa que realmente funcione en otro país y luego presionar a los políticos y la industria privada para que lo hagan mejor y en casa.
“Solo tienes que demostrar que esto funciona en alguna parte. Y una vez que haya hecho eso, eso podría desencadenar la parálisis política total de Estados Unidos”, dijo Griffith.