GAP informó este jueves los resultados obtenidos durante el último trimestre y además anunciaron una serie de cambios en cargos ejecutivos, mientras continúan buscando un director permanente.
La compañía vendió $4,240 millones, un 6% menos que los $4,530 millones del año pasado. El comercio en línea, que representa el 41% de las ventas netas totales, se desplomó un 10% en comparación con el año pasado.
Las pérdidas por acción fueron mayores a lo previsto, 75 centavos frente a los 46 centavos esperados. Los ingresos de $4,240 millones se situaron por debajo de los $4,360 millones que habían estimado los analistas.
Se reportaron pérdidas netas de $273 millones durante los tres meses que terminaron el 28 de enero, en comparación con una pérdida de $16 millones, en el mismo periodo del año anterior.
GAP ha tenido meses difíciles, al lidiar con numerosas pérdidas netas, altos niveles de inventario y una larga vacante para el puesto de CEO.
Durante una llamada de ganancias con inversionistas, el director ejecutivo interino de Gap, Bob Martin, dijo que la junta ha reducido su búsqueda y que el próximo director ejecutivo será un candidato externo.
A medida que la compañía ha luchado por volver a la rentabilidad, anunció que eliminó su función de director de crecimiento, que ocupaba Asheesh Saksena. La directora ejecutiva de la marca Athleta, Mary Beth Laughton, dejó también la empresa este jueves.
“Creemos que nuestra marca Athleta tiene un potencial increíble, pero ha sufrido desafíos de aceptación de productos en los últimos trimestres”, dijo Martin en un comunicado. “Mientras buscamos capitalizar este potencial y seguir siendo competitivos en medio de un panorama dinámico, creemos que ahora es el momento adecuado para traer a nuestro equipo a un nuevo líder que pueda posicionar a Athleta en el camino del éxito a largo plazo”.
La directora de personal, Sheila Peters, también se va, aunque a finales de este año.
La marca de ropa planea cerrar de 50 a 55 tiendas Gap y Banana Republic, al mismo tiempo abrir de 30 a 35 tiendas Athleta y Old Navy.
A comienzos de 2022, Gap luchó por poner productos en los estantes en medio de las limitaciones de la cadena de suministro mundial y terminó comprando ropa para satisfacer la demanda. Aún así, los atrasos y las demoras ocasionaron que cuando las prendas llegaban a los anaqueles, ya estaba fuera de temporada o pasado de moda, lo que les obligó a ofrecer grandes descuentos, reduciendo las ganancias.
Sin embargo, un punto positivo para Gap es que su inventario disminuyó un 21% con respecto al año anterior.