Las acciones del Deutsche Bank cayeron el viernes después que se anunciara un aumento en los swaps de incumplimiento crediticio que aplica la entidad, levantando preocupaciones de contagio luego de lo ocurrido en el país vecino con el Credit Suisse y las estrepitosas quiebras bancarias en Estados Unidos.
Las títulos que se negocian en la bolsa de Fráncfort bajaron un 14% en un momento del viernes y cerraron con una caída del 8.6%. Es el tercer día consecutivo de malos resultados bursátiles para el Deutsche Bank y ahora ha perdido más de una quinta parte de su valor en lo que va de marzo.
Los swaps de incumplimiento crediticio son una forma de seguro para los tenedores de bonos que evitan una situación de incumplimiento.
Tras el colapso bancario experimentado en Estados Unidos, se han desencadenado nuevas preocupaciones que ahora se profundizan luego que la FED decidiera mantener su política de mano dura y aumentara nuevamente las tasas de interés.
Los reguladores y bancos centrales esperaban que la venta del Credit Suisse a su rival local UBS, ayudaría a calmar los mercados, pero los inversores claramente siguen sin estar convencidos de que el acuerdo será suficiente para contener los actuales temores.
El viernes fue una mala jornada no solo para el Banco Alemán. Credit Suisse, Societe Generale y UBS cayeron cada uno más del 7%. Barclays y BNP Paribas más de un 6%.
Deutsche Bank ha reportado 10 trimestres consecutivos de ganancias, luego de finalizar una reestructuración multimillonaria que comenzó en 2019 con el objetivo de reducir costos y mejorar la rentabilidad. El prestamista registró ingresos netos anuales de $5,000 millones de euros ($5,400 millones de dólares) en 2022, un 159% más que en 2021.
El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo el viernes en una conferencia de prensa en Bruselas que Deutsche Bank había “reorganizado y modernizado completamente su modelo de negocios y es un banco muy rentable”, y agregó que no hay base para especular sobre su futuro.
Por ahora Deutsche Bank se ha negado a comentar.