En 2021 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio el visto bueno a la primera vacuna contra la malaria en la historia de la humanidad, desarrollada por el gigante farmacéutico GSK. Sin embargo, otro equipo en la universidad de Oxford, en Inglaterra, afirma que su enfoque es más efectivo y su vacuna puede fabricarse a una escala mucho mayor.
“Creemos que estos resultados en campo son mejores que cualquier vacuna contra el paludismo”, dijo el profesor Adrian Hill, director del Instituto Jenner de la universidad de Oxford.
Nigeria, la economía más grande de África, representa el 31.3% de todas las muertes por paludismo en todo el mundo según la OMS y autorizó este martes la vacuna R21/Matrix-M de Oxford, luego que Ghana hiciera lo propio la semana anterior.
Ambas naciones aprobaron la vacuna para su uso en niños entre 5 y 36 meses, el grupo de edad con mayor riesgo de muerte por la enfermedad transmitida por mosquitos. De acuerdo con la OMS, cada dos minutos muere un niño por esta afección, cuyos síntomas son dolores de cabeza y musculares, escalofríos, fiebre y sudoración.
Casi la totalidad de las víctimas están en África y se calcula que 800,000 personas fallecen cada año por esta patología.
“Esto marca la culminación de 30 años de investigación de vacunas contra la malaria en Oxford, con el diseño y suministro de una fórmula de alta eficacia que puede suministrarse a una escala adecuada en los países que más la necesitan”, dijo el profesor Hill, tras el anuncio de la autorización en Ghana el pasado 13 de abril.
La vacuna R21 fue la primera de su tipo en superar la meta de eficacia del 75% de la OMS, aunque los datos de los ensayos de la etapa final aún están pendientes de un análisis definitivo.
La vacuna está siendo fabricada por el Serum Institute de India, que ha dicho que tiene la capacidad de suministrar alrededor de 200 millones de dosis por año, además es barata y fácil de transportar.
Impacto económico en África
Si bien el impacto económico de la vacuna dependerá de multitud de factores hasta ahora desconocidos, una implementación exitosa podría tener “importantes repercusiones positivas a nivel económico”, según William Jackson, economista jefe de mercados emergentes de la firma Capital Economics.
Una mortalidad infantil más baja reducirá los costos de prevención y tratamiento de la población. Varias estimaciones sugieren que alrededor del 3.8% de los ingresos de los hogares se destinan a esta enfermedad en los países más afectados, anotó Jackson.
“También reduciría la carga sobre el gasto público en salud. Estos recursos podrían liberarse para otros consumos o ahorrarse, lo que aumentaría el conjunto de dineros que se pueden utilizar para la inversión nacional”, agregó Jackson en una nota de investigación publicada este jueves según informó la CNBC.
Si la vacuna ofreciera una inmunidad duradera, habría menos ausencias en escuelas y en el trabajo, relacionadas con esta enfermedad, lo cual indudablemente aumentaría los niveles de productividad de las regiones afectadas por la malaria.
“Entonces, en resumen, la vacuna tiene el potencial de proporcionar un gran impulso al crecimiento económico a largo plazo en gran parte de África”, concluyó Jackson.