Como CEO de Microsoft, Bill Gates tenía una agenda repleta, incluso enviaba solicitudes a los empleados a las 2:00 a.m., sin embargo, fue al ver el calendario personal de Warren Buffett, CEO de Berkshire Hathaway y uno de los hombres más ricos del planeta, que Gates aprendió a darse un respiro a sí mismo y a sus trabajadores.
El famoso cofundador de Microsoft recordó en una entrevista con Charlie Rose en 2017: “Tenía cada minuto ocupado, y pensé que esa era la única forma de hacer las cosas. Recuerdo que Warren me mostró su calendario… todavía tiene días en los que no tiene nada programado”.
El enfoque más relajado de Buffett le enseñó una lección valiosa: “Tú controlas tu tiempo… No es una medida de tu seriedad que llenes cada minuto de tu agenda”.
“Básicamente puedo comprar cualquier cosa que quiera, pero no puedo comprar tiempo”, ha dicho Buffett en varias ocasiones.
Este enfoque de “trabajar de manera más inteligente, no más duro”, también está justificado por la ciencia. Un estudio de la Universidad de Stanford en 2014 descubrió que la productividad de los trabajadores disminuye significativamente cuando trabajan más de 50 horas por semana. De hecho, reveló que aquellos que trabajan hasta 70 horas a la semana logran la misma cantidad de resultados que aquellos que laboran 55 horas.
En un discurso de graduación en la Universidad del Norte de Arizona, Gates reveló que le tomó años encontrar un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.
Anteriormente, no creía en las vacaciones ni en los fines de semana, y esperaba lo mismo de las personas con las que trabajaba. Sin embargo, Gates aconsejó a los jóvenes: “No esperen tanto como yo para aprender esta lección. Tómense su tiempo para cultivar relaciones, celebrar éxitos y recuperarse de fracasos. Tomen un descanso cuando sea necesario. Sean comprensivos con las personas que les rodean cuando lo necesiten también”.
Gates no fue el único CEO en aprender esta lección de la manera difícil. Elon Musk, CEO de Tesla, solía afirmar que trabajaba regularmente sin dormir durante toda la noche. Sin embargo, ahora ha adoptado un enfoque diferente y duerme al menos seis horas por noche. Musk compartió: “He intentado dormir menos, pero… aunque esté despierto más horas, hago menos cosas. Y el nivel de molestia cerebral es alto si duermo menos de seis horas por noche”.
En resumen, la experiencia de Gates y Musk nos enseña la importancia de encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. No se trata solo de trabajar más horas, sino de trabajar de manera más inteligente y aprovechar el tiempo de descanso para aumentar la productividad y el bienestar general.