En un giro sorprendente de los acontecimientos, el fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, ha sido condenado a 25 años de prisión por su participación en un fraude masivo que sacudió los cimientos de su intercambio de criptomonedas y un fondo de cobertura asociado.
Aunque la condena fue significativamente menor que la solicitud de los fiscales de 40 a 50 años tras las rejas, y más larga que la propuesta de la defensa de cinco a seis años y medio, aún representa un golpe devastador para el joven empresario de 32 años.
Bankman-Fried, visiblemente afectado por el veredicto, expresó remordimiento ante el tribunal, reconociendo el daño causado a sus colegas de FTX y a los clientes afectados. Sin embargo, sus palabras no fueron suficientes para atenuar la gravedad de sus acciones ante la ley.
El fiscal federal de Manhattan, Damian Williams, describió el esquema perpetrado por Bankman-Fried como uno de los mayores fraudes financieros de la historia, que resultó en la desaparición de miles de millones de dólares pertenecientes a los clientes. La sentencia, según Williams, no solo busca castigar al culpable, sino enviar un mensaje claro a otros posibles delincuentes financieros sobre las severas consecuencias de sus acciones.
La familia de Bankman-Fried, representada por sus padres, Joseph Bankman y Barbara Fried, ambos profesores de derecho en Stanford, expresaron su angustia por la situación y reafirmaron su apoyo a su hijo mientras continúan luchando legalmente.
Antes de ser sentenciado, el juez Lewis Kaplan desestimó los argumentos de Bankman-Fried sobre la ausencia de fraude en FTX, subrayando la gravedad de sus crímenes y el impacto devastador en las víctimas.
El veredicto llegó después de un juicio que involucró a numerosos testigos y pruebas contundentes. Los jurados, en un movimiento inusual, alcanzaron su decisión en solo tres horas, lo que subraya la contundencia de la evidencia presentada por los fiscales.
Los jurados llegaron a su veredicto después de sólo unas tres horas de deliberaciones. Bankman-Fried planea apelar su condena y sentencia.