La inflación en Turquía ha superado el 75% en mayo, marcando un aumento del 75.45% anual y del 3.37% mensual, según el Instituto de Estadística de Turquía.
Esta alza, en lo que los economistas consideran el pico, ha afectado principalmente sectores como educación, vivienda, y hoteles, cafeterías y restaurantes, con incrementos significativos.
La persistente escalada de precios ha llevado al banco central turco a mantener su tasa de interés en un alto 50% desde marzo, buscando contrarrestar la inflación. Sin embargo, algunos analistas advierten sobre el ritmo de desinflación en la segunda mitad del año, considerando el aumento intermensual del IPC en mayo.
Se espera que la inflación disminuya hacia fin de año, con proyecciones que varían entre el 38% según el banco central y hasta el 41% de acuerdo con algunas empresas de análisis económico.
Aunque se cree que la inflación ha alcanzado su punto máximo, la incertidumbre persiste sobre la trayectoria futura, lo que podría influir en una pausa prolongada en las tasas de interés.
El debate entre economistas continúa sobre si el banco central turco reducirá las tasas de interés para finales de este año o si optará por esperar hasta 2025.