El reciente escándalo que involucra la falsificación de datos de pruebas por parte de algunos de los mayores fabricantes de automóviles de Japón ha sacudido el mercado y ha tenido un impacto significativo en sus acciones.
Toyota, el principal fabricante de automóviles del país, perdió un 5.4% en sus acciones la semana pasada después de que se revelara la noticia el 3 de junio. Esta caída representó una pérdida de $2.45 billones de yenes japoneses (aproximadamente $15,620 millones de dólares) en su valor de mercado. Sin embargo, este lunes sus acciones comenzaron a recuperarse, subiendo un 1.7%.
Mazda, el segundo mayor fabricante de automóviles de Japón, también se vio afectado, con una caída del 7.7% en sus acciones y una pérdida de $80,330 millones de yenes en capitalización de mercado la semana pasada. Las acciones de Mazda subieron un 1.7% el lunes.
El Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón llevó a cabo una inspección amplia y descubrió irregularidades en las solicitudes de certificación de otros fabricantes como Honda, Suzuki y Yamaha.
Honda vio una caída del 5.75% en sus acciones la semana pasada, mientras que Yamaha Motor perdió un 2.2% y Suzuki Motor disminuyó un 0.3%. A pesar de estas caídas, las acciones de estas compañías también mostraron una recuperación este lunes.
El escándalo se centra en la presentación de datos de prueba falsos y la falsificación de vehículos utilizados en pruebas de choque. Toyota y Mazda fueron especialmente señaladas por estas prácticas. Toyota anunció que detendría temporalmente los envíos y las ventas de tres modelos fabricados en Japón: el Corolla Fielder, el Corolla Axio y el Yaris Cross. Akio Toyoda, presidente de Toyota, pidió disculpas a los clientes y partes interesadas, admitiendo que siete de sus modelos fueron probados utilizando métodos no conformes con los estándares nacionales.
Mazda, por su parte, suspendió los modelos Roadster RF y Mazda 2 desde el 30 de mayo, aunque aclaró que los clientes pueden seguir utilizando sus vehículos. El Ministerio de Transporte ha indicado que realizará inspecciones in situ en las cinco empresas implicadas en la mala conducta.
Este escándalo se produce tras un incidente similar en diciembre pasado, cuando Daihatsu, una unidad de Toyota, detuvo los envíos de todos sus vehículos después de descubrir problemas de seguridad en 64 modelos, incluidos 22 vendidos bajo la marca Toyota. En abril del año anterior, Daihatsu había manipulado pruebas de seguridad en 88,000 coches pequeños, la mayoría vendidos también bajo la marca Toyota.
Las repercusiones de estos hallazgos son profundas, afectando la confianza del público y la integridad de la industria automotriz japonesa.