El reciente cambio en la dirección de Nestlé ha despertado opiniones mixtas entre los inversores. El CEO Mark Schneider, quien estuvo al frente de la compañía durante ocho años, ha decidido dar un paso al costado, lo que para algunos es una buena noticia.
Según Jon Cox, analista de Kepler Cheuvreux, esta decisión puede ser vista favorablemente por muchos inversores, dado el desempeño poco impresionante de la empresa en los últimos tiempos. Cox comenta que la confianza en Schneider se ha debilitado, lo que podría hacer que su salida sea bien recibida.
Nestlé anunció que Laurent Freixe, un veterano de la empresa con más de 30 años de experiencia, tomará el relevo como CEO a partir de septiembre. Él ha sido una figura clave en la compañía, desempeñándose recientemente como vicepresidente ejecutivo y CEO de la unidad de América Latina. Su nombramiento es visto como un regreso a las raíces de la empresa, confiando en alguien con un amplio conocimiento interno y una trayectoria comprobada dentro de Nestlé.
La partida de Schneider ocurre en un contexto desafiante para Nestlé, ya que la empresa ha visto caer el precio de sus acciones debido a resultados que no han alcanzado las expectativas del mercado. Además, la compañía ha luchado por mantener su cuota de mercado en un entorno donde los consumidores se alejan de sus productos tradicionales, presionados por la inflación.
Cox señala que, aunque la decisión de Schneider de retirarse es desafortunada, es el resultado de varios errores estratégicos, incluyendo su incapacidad para integrar exitosamente los complementos de salud para el consumidor. Este revés ha afectado la confianza de los inversores, quienes pueden estar más receptivos a un cambio en la dirección.
Algunos analistas sugieren que la salida de Schneider podría estar relacionada con diferencias en su estilo de gestión. Según Bernstein, el enfoque en la ejecución y liderazgo del nuevo CEO sugiere que estas áreas fueron puntos débiles durante la gestión de Schneider. Deutsche Bank, por su parte, anticipa que Freixe se concentrará más en el crecimiento orgánico de los ingresos que en las fusiones y adquisiciones, sin esperar grandes cambios drásticos en la estructura de la compañía.
Este relevo en la cúpula de Nestlé representa un retorno a lo básico, confiando en la experiencia interna para guiar a la empresa en un momento de incertidumbre y expectativas renovadas.