La inflación en EE.UU. subió ligeramente en julio, según el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE), el preferido por la Reserva Federal.
El Departamento de Comercio informó que el PCE aumentó un 0.2% mensual y un 2.5% interanual, en línea con las expectativas del mercado. Excluyendo alimentos y energía, el PCE básico también subió un 0.2% en el mes y un 2.6% en comparación con el año anterior, apenas por debajo de la estimación del 2.7%.
Este indicador es clave para la Fed, que lo considera un reflejo más preciso de las tendencias inflacionarias a largo plazo.
Sin contar la vivienda, otro punto de interés para la Fed, los precios básicos subieron un modesto 0.1% en julio. No obstante, el costo de la vivienda se mantuvo firme, incrementándose un 0.4% en el mes.
El informe también reveló que los ingresos personales crecieron un 0.3%, mientras que el gasto de los consumidores aumentó un 0.5%, aunque la tasa de ahorro personal cayó al 2.9%, su nivel más bajo desde junio de 2022.
En el desglose anual, los precios de los bienes disminuyeron levemente, mientras que los servicios subieron un 3.7%. Los precios de los alimentos aumentaron un 1.4% y la energía un 1.9%.
Los mercados reaccionaron con cautela: los futuros de acciones subieron ligeramente y los rendimientos de los bonos del Tesoro también aumentaron.
Joseph Brusuelas, economista jefe de RSM, señaló que los datos indican una estabilidad de precios y auguran un crecimiento sostenido de la economía estadounidense, ahora que la Fed se prepara para recortar las tasas de interés.
Tras el informe, las expectativas del mercado se inclinaron hacia una reducción de un cuarto de punto porcentual en la reunión de septiembre de la Fed, aunque un recorte más agresivo sigue siendo una posibilidad.
El enfoque ahora se desplaza hacia el informe de empleo de agosto, que se espera muestre una creación de 175,000 puestos de trabajo, en un contexto de desaceleración del mercado laboral.