La inflación en Estados Unidos cayó en agosto a su nivel más bajo desde febrero de 2021, según informó el Departamento de Trabajo. El índice de precios al consumidor (IPC) registró un incremento mensual del 0.2%, lo que sitúa la tasa anual de inflación en 2.5%, ligeramente por debajo de la estimación del 2.6%.
Pese a la moderación general, el IPC subyacente, que excluye alimentos y energía, subió un 0.3%, superando las expectativas. Este aumento podría complicar las decisiones de la Reserva Federal, que se espera reduzca las tasas en su reunión de septiembre.
El costo de la vivienda sigue siendo un factor inflacionario clave, con un aumento del 0.5% en agosto y un 5.2% anual. Por otro lado, los precios de la energía cayeron un 0.8%, mientras que los alimentos solo subieron un 0.1%.
A pesar de la moderación en la inflación, los precios siguen siendo significativamente más altos que antes de la pandemia, afectando el poder adquisitivo de los consumidores.