El ejército israelí anunció oficialmente la muerte de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, tras un ataque aéreo en el Líbano. El portavoz israelí, teniente coronel Nadav Shoshani, confirmó el fallecimiento en redes sociales, declarando que el líder del grupo militante respaldado por Irán murió en un “ataque selectivo” en Beirut el viernes.
Junto a Nasrallah, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron la muerte de Ali Karki, comandante del frente sur de Hezbolá. Hasta el momento, Hezbolá no ha emitido declaraciones.
Nasrallah, de 64 años, lideró Hezbolá desde 1992, transformando al grupo en una de las fuerzas paramilitares más poderosas y una influyente figura política en Oriente Medio.
Analistas, como Ronnie Chatah, señalan que este es un golpe psicológico sin precedentes para Hezbolá, que ahora enfrenta un futuro incierto sin su emblemático líder. Firas Maksad, del Middle East Institute, advirtió sobre posibles ramificaciones regionales, sugiriendo que el asesinato podría intensificar la confrontación entre Israel e Irán y agravar la inestabilidad en Líbano.
¿Cuál es la influencia del grupo terrorista Hezbolá en el gobierno del Líbano?
“Hezbolá es actualmente la fuerza militar no estatal más poderosa del mundo”, le dijo en octubre pasado a la BBC de Londres, Firas Maksad, experto en política libanesa y geopolítica de Medio Oriente del centro de estudios Middle East Institute (MEI) con sede en Washington.
El grupo terrorista desde comienzos de los noventas viene aumentando su influencia política en el país. En 1992 participó por primera vez en las elecciones nacionales obteniendo más escaños que cualquier otro partido.
En 2021, el líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, aseguró que el grupo tenía 100,000 combatientes.
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, Irán proporciona a Hezbolá “la mayor parte” de su financiación, además de entrenamiento, armas y explosivos. Teherán también le facilita “ayuda política, diplomática, monetaria y organizativa”, denuncia Washington.
El ejército libanés está pobremente equipado y aunque suene paradójico, sus fuerzas militares dependen en gran medida del armamento que compran a uno de los principales aliados de Israel: Estados Unidos. Es por ello que muchos ciudadanos siguen apoyando a Hezbolá para que mantenga su poder de combate ante amenazas externas, incluso no simpatizando con el partido.
¿Qué efectos económicos tendrá la muerte de Hassan Nasrallah?
Según un estudio del Banco Mundial, el Líbano tiene una deuda enorme, con un pasivo que asciende al 180% del Producto Interno Bruto.
Según otro informe de la misma entidad, la tasa de pobreza en ese país se ha triplicado en la última década. La proyección es que el 44% de los libaneses vivirá por debajo del umbral de pobreza al finlizar 2024, sin embargo, dicho análisis se hizo antes de la actual escalada con Israel, lo cual podría significar cerrar el año con cifras aún peores.
En Junio 2024 Estados Unidos exportó $44 millones de dólares e importó $15.7 millones de dólares desde Líbano, resultando en un balance comercial positivo positivo para los EE. UU. de $28.3 millones. En Junio 2024, las principales exportaciones de Estados Unidos hacia Líbano fueron coches ($18.1 millones), armas militares ($2.8 millones), oro ($1.84 millones), ropa usada ($1.8 millones), y otras nueces ($1.4 millones). En Junio 2024 las principales importaciones de Estados Unidos desde Líbano fueron joyería ($2.03 millones), otras frutas y nueces procesadas ($1.58 millones), productos básicos no especificados en otros, ($1.54 millones), aceite de oliva puro ($1.18 millones), y trajes de mujer no tejidos ($890k).
Por todo lo anterior, sustrayendo la enorme tragedia humanitaria que implica cualquier guerra, en términos netamente económicos se podría afirmar que una posible confrontación militar total entre Libano e Israel no tendría efectos económicos graves sobre occidente, pero si nefastas consecuencias dentro de la producción nacional libanesa que desembocaría en una aguda crisis humanitaria.