TGI Fridays ha cerrado abruptamente casi 50 sucursales en Estados Unidos la semana pasada, lo que deja a la cadena con 164 restaurantes, frente a los 213 de la semana anterior.
Los cierres afectan a varios estados, incluyendo California, Ohio, Nueva York, Nueva Jersey, Florida y Missouri, y en algunos casos marcan la salida completa de la marca de ciudades como Columbus y Buffalo.
Estos cierres se producen en un contexto de dificultades financieras y rumores de una próxima declaración de quiebra bajo el Capítulo 11.
La cadena estaría negociando con prestamistas para asegurar una inyección de capital que le permita reestructurarse y vender parte de su negocio, según informó Bloomberg. Esta medida busca eliminar contratos de alquiler de locales no rentables y ajustar la deuda de la compañía.
La competencia de opciones más económicas y el cambio en las preferencias de los consumidores, acelerado por la inflación, han afectado el desempeño de la cadena, dejándola en una situación insostenible. La quiebra podría oficializarse en noviembre, coincidiendo con el vencimiento de los pagos de alquiler.
La situación de TGI Fridays es similar a la de otras cadenas de restaurantes, como Red Lobster y Buca di Beppo, que también enfrentaron dificultades este año debido a cambios en el comportamiento de los consumidores y desafíos económicos.