En septiembre, la inflación en Estados Unidos mostró señales de enfriamiento, con el índice de precios del gasto de consumo personal (PCE) subiendo un 0.2% mensual y alcanzando un 2.1% interanual, acercándose al objetivo del 2% de la Reserva Federal (FED).
Aunque esta cifra general es alentadora, la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, alcanzó el 2.7%, ligeramente superior a las expectativas.
El reporte reflejó también una deflación en bienes (-0.1%) y una subida en servicios (+0.3%). Los precios de la vivienda crecieron 0.3%, y los costos energéticos cayeron un 2%. Pese a la desaceleración de precios, el consumo continuó fortalecido, subiendo un 0.5% en septiembre, mientras que la tasa de ahorro personal cayó al 4.6%, su nivel más bajo del año. Los datos refuerzan la expectativa de que la FED podría reducir su tasa de interés en su próxima reunión.
Los indicadores del mercado laboral se mantienen sólidos, con solicitudes iniciales de desempleo en 216,000, por debajo de las proyecciones, lo que evidencia estabilidad en el empleo.
El índice de costos laborales también subió un 0.8% en el tercer trimestre, mostrando un crecimiento del 3.9% anual en salarios y beneficios, superior al aumento del 2.4% del índice de precios al consumidor. Aunque la economía da señales de estabilidad, el panorama aún presenta desafíos, con el mercado laboral y las expectativas de inflación como puntos clave para las futuras decisiones de la FED.