En un movimiento que podría transformar la industria tecnológica, el Departamento de Justicia (DOJ) de Estados Unidos solicitó el miércoles que Google venda su navegador Chrome como parte de una solución judicial para abordar su monopolio en el mercado de búsqueda en línea. Esta petición surge tras la victoria del gobierno en un juicio antimonopolio contra el gigante tecnológico.
El DOJ argumenta que para restablecer la competencia, Google debe desprenderse de productos clave como Chrome y Android, que actualmente vinculan al motor de búsqueda con otros servicios. Chrome, que domina dos tercios del mercado global de navegadores, dirige por defecto las búsquedas a Google, salvo que los usuarios cambien esta configuración.
Además, la propuesta incluye prohibir a Google pagar por ser el motor de búsqueda predeterminado en navegadores como Safari, de Apple, donde actualmente invierte miles de millones de dólares al año.
Impacto y oposición de Google
Kent Walker, presidente de asuntos globales de Google, calificó la propuesta como “extremadamente amplia” y perjudicial para el liderazgo tecnológico estadounidense. Walker adelantó que la empresa presentará una contraoferta en diciembre.
Si se concreta, esta escisión afectaría significativamente a Google, privándolo de datos de usuarios que alimentan su sistema de anuncios personalizados. También alteraría su posición dominante en el mercado, abriendo oportunidades para competidores como Bing y DuckDuckGo.
Un precedente legal importante
El juez Amit Mehta supervisará un juicio adicional en abril para decidir los detalles de la implementación de estas medidas. Aunque Google apelará cualquier fallo, el proceso podría tener repercusiones a largo plazo para otras grandes tecnológicas, como Apple y Amazon.
La venta de Chrome no solo limitaría el alcance de Google en la recopilación de datos, sino que también permitiría a rivales ganar terreno en un mercado hasta ahora controlado por Google.