El influyente fondo de inversiones Hindenburg Research ha desatado una nueva polémica al revelar su posición en corto contra Carvana, calificando el reciente repunte de la compañía de autos usados como un “espejismo” sostenido por prácticas financieras dudosas.
El informe acusa a la empresa de manipulación contable y operaciones cuestionables entre el director ejecutivo, Ernie García III, y su padre, Ernest García II, principal accionista de la firma.
El reporte, titulado “Carvana: Un conflicto contable padre-hijo para la historia”, sostiene que Carvana habría vendido préstamos por $800 millones a una entidad relacionada no revelada, lo que supuestamente contribuyó a inflar sus ingresos. Según Hindenburg, estas ventas, sumadas a extensiones de plazos de pago para evitar reportar morosidades, crean una imagen financiera engañosa.
En respuesta, Carvana desestimó las acusaciones, calificándolas de “intencionadamente engañosas e inexactas”. La empresa afirmó que estas críticas no son nuevas y que están enfocadas en ejecutar su plan de recuperación para 2025.
A pesar del informe, algunos analistas consideran que las preocupaciones planteadas no son novedosas. Rajat Gupta, de JPMorgan, afirmó que los inversores ya estaban al tanto de estos riesgos. Por su parte, Marvin Fong, de BTIG, indicó que los argumentos de Hindenburg carecen de solidez en algunos puntos.
Carvana, fundada en 2017 tras separarse de DriveTime, mantiene una relación financiera estrecha con esta última, lo que ha generado críticas recurrentes. Mientras tanto, las acciones de la compañía cayeron 1,9% el jueves, cerrando en $199,56, su nivel más bajo desde octubre.
El caso reaviva el escrutinio sobre el modelo de negocio y la gobernanza de Carvana, dejando preguntas abiertas sobre su sostenibilidad a largo plazo.