El propietario japonés de 7-Eleven, Seven & i Holdings, registró una caída del 89% en sus beneficios netos trimestrales, alcanzando ¥11.390 millones (equivalentes a $71.9 millones de dólares), por debajo de las expectativas de los analistas.
La empresa mantiene sus previsiones para el año fiscal que finaliza en febrero, apuntando a un crecimiento de ingresos del 3.5%, aunque anticipa una reducción del 27% en el beneficio neto.
¿Qué provocó la caída en las ganancias?
La compañía atribuyó la caída a menores ingresos en sus negocios de tiendas de conveniencia y a gastos operativos elevados, incluyendo alquileres y servicios públicos. Su segmento internacional también sufrió una disminución del 29% en beneficios operativos debido a menores ventas de combustible.
Futuro de la compañía
En medio de estas cifras, Seven & i enfrenta presiones externas para maximizar el valor corporativo. La canadiense Alimentation Couche-Tard, propietaria de Circle K, presentó una oferta de adquisición que inicialmente fue rechazada por subestimar el valor de la empresa. Una propuesta revisada de $47,000 millones, junto con una iniciativa del ejecutivo Junro Ito, hijo del fundador, está siendo evaluada.
El director financiero, Yoshimichi Maruyama, destacó que la prioridad es seleccionar la opción que maximice el valor para los accionistas, ya sea una venta, una estrategia independiente o alianzas estratégicas.
Además, la posible adquisición extranjera ha captado la atención del gobierno japonés, que considera a Seven & i una empresa crítica para la seguridad nacional, debido a su papel en la distribución de alimentos durante desastres.
La decisión final será discutida en la junta de accionistas prevista para mayo. Mientras tanto, la compañía continúa con su plan de reestructuración estratégica para impulsar su crecimiento global.