La tarifa por congestión en Nueva York, implementada el 5 de enero, busca reducir el tráfico en el centro y bajo Manhattan. Los primeros resultados muestran una disminución del 8% en el ingreso de vehículos a la zona de congestión, según datos de la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA). Además, las velocidades del tráfico han mejorado significativamente, respaldadas por análisis independientes de HERE Technologies.
Un análisis de Bloomberg News sobre 75,000 vehículos destaca que la reducción se centra principalmente en autos particulares, cuya proporción cayó del 40% al 34%. Mientras tanto, los taxis y vehículos de transporte por aplicaciones como Uber y Lyft mantuvieron su frecuencia o incluso aumentaron.
Los vehículos comerciales, esenciales para entregas y transporte de pasajeros, no han reducido su presencia. Según el economista Charles Komanoff, estas tarifas afectan menos a estos vehículos, ya que sus costos suelen trasladarse al cliente. Sin embargo, el impacto es más notorio en autos particulares, cuyos conductores, al parecer, están optando por alternativas como el transporte público.
A pesar de las mejoras iniciales, expertos advierten sobre un “efecto rebote” que podría disminuir las ganancias en velocidad a medida que más conductores vuelvan a las calles. De hecho, los datos de la MTA ya muestran un aumento del tráfico diario, con un 5.7% más de vehículos ingresando a la zona el viernes posterior a la implementación de la medida.
Aunque enfrentada a críticas y desafíos legislativos, la tarifa por congestión promete ser un punto de partida significativo en los esfuerzos por aliviar el tráfico y financiar mejoras en el transporte público en Nueva York.