El panorama laboral en Estados Unidos ha comenzado el año con señales mixtas. En enero del año que recién inicia, la economía solo agregó 143,000 empleos, una cifra muy por debajo de los 169,000 esperados y significativamente menor a los 307,000 registrados en diciembre. A pesar de esta desaceleración, la tasa de desempleo bajó al 4%, lo que ha generado incertidumbre en los mercados y entre los expertos en política económica.
Las revisiones anuales de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) también trajeron sorpresas desagradables. El ajuste de los datos previos reveló que en los últimos 12 meses hasta marzo de 2024 se crearon 589,000 empleos menos de lo reportado originalmente. Estas cifras han encendido alarmas sobre la solidez del mercado laboral.
Los sectores con mayor crecimiento en enero fueron la atención sanitaria (44,000 empleos), el comercio minorista (34,000) y el sector gubernamental (32,000), mientras que la minería sufrió una pérdida de 8,000 empleos. La participación en la fuerza laboral subió levemente al 62.6%, lo que indica que más personas buscan activamente empleo.
El informe llega en un momento clave, siendo el primero bajo la presidencia de Donald Trump, quien ha prometido reducir impuestos y aplicar aranceles agresivos para fortalecer la economía. Mientras tanto, la Reserva Federal analiza con cautela el impacto de estos cambios, sin descartar futuros ajustes en su política monetaria.