El gigante de las bebidas Coca-Cola ha anunciado que recurrirá a más envases de plástico si los aranceles al aluminio de Donald Trump entran en vigor, una decisión que podría agravar aún más la crisis de contaminación por plásticos.
“Si las latas de aluminio se vuelven más caras, podemos poner más énfasis en las botellas de PET”, afirmó James Quincey, CEO de Coca-Cola, durante la conferencia de resultados de la empresa.
El lunes, Trump aumentó los aranceles sobre el aluminio y el acero del 10% al 25%, lo que amenaza con encarecer la producción de latas. Sin embargo, Quincey restó importancia al impacto financiero en la compañía. “No es insignificante, pero no va a cambiar radicalmente un negocio estadounidense multimillonario”, aseguró en una entrevista con CNBC.
El aluminio, aunque más caro, es infinitamente reciclable, mientras que el plástico PET tiene una tasa de reciclaje significativamente menor. Según la Agencia de Protección Ambiental, en 2018 solo el 29.1% de las botellas de PET fueron recicladas, frente al 50.4% de las latas de aluminio.
Este anuncio llega en un momento polémico para Coca-Cola, que ha sido nombrada por Greenpeace como el mayor contaminante plástico del mundo durante seis años consecutivos. Además, hace apenas dos meses, la empresa redujo sus objetivos de sostenibilidad, pasando de una meta de 50% de material reciclado para 2030 a solo 35%-40% para 2035.
A pesar de las críticas, la compañía asegura que busca alternativas, como encontrar fuentes nacionales de aluminio o trasladar el costo a los consumidores. Pero la gran pregunta sigue en el aire: ¿está Coca-Cola retrocediendo en su compromiso con el medioambiente a cambio de reducir costos?