El empresario Elon Musk ha puesto sobre la mesa una cuestión que ha generado debate en Estados Unidos durante años: ¿debería eliminarse el horario de verano? A través de su plataforma X, Musk lanzó una encuesta preguntando a los usuarios: “Si se cancela el horario de verano, ¿prefieres una hora antes o una hora después?”
El resultado fue claro: el 58% de los más de 1.2 millones de votantes optó por mantener el horario de verano permanente, mientras que el 42% prefirió el horario estándar todo el año.
Un debate legislativo sin solución
El horario de verano en EE.UU. fue estandarizado en 1966 con la Ley de Hora Uniforme, pero Arizona y Hawái optaron por no aplicarlo. Actualmente, cualquier cambio permanente requeriría la aprobación del Congreso.
En 2022, el Senado aprobó la Ley de Protección del Sol, propuesta por el senador Marco Rubio, que habría establecido el horario de verano permanente. Sin embargo, la iniciativa se estancó en la Cámara de Representantes y no se convirtió en ley.
Hasta ahora, 18 estados han aprobado legislaciones para hacer permanente el horario de verano si el Congreso lo permite.
¿Beneficios o perjuicios? Los estudios no son concluyentes
Distintos estudios han intentado medir los efectos del cambio de horario. Un informe de 1975 de la Oficina Nacional de Normas concluyó que no se encontraron ahorros significativos de energía ni cambios notorios en accidentes de tránsito.
Un análisis del Departamento de Energía en 2008 reveló que la ampliación del horario de verano generó solo un 0,03% de reducción en el consumo eléctrico.
En el ámbito de la salud, un estudio de 2013 detectó un aumento temporal de ataques cardíacos tras los cambios de horario. Por ello, en 2020, la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño recomendó establecer el horario estándar de manera permanente, argumentando que se alinea mejor con el reloj biológico humano y mejora la salud y la seguridad pública.
¿Será Musk el impulsor de un cambio definitivo?
Aunque su encuesta no tiene un impacto legal, Musk ha logrado revivir un debate que lleva años en el Congreso sin una resolución clara. Con una creciente presión social y el respaldo de estudios científicos, el futuro del horario de verano en EE.UU. sigue siendo incierto.