Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud y Servicios Humanos, informó este jueves que despedirá a 10,000 empleados como parte de una profunda reestructuración del sistema de salud federal. Esta decisión se suma a otras 10,000 separaciones voluntarias desde la llegada del presidente Trump al poder, lo que reducirá la plantilla del departamento a 62,000 personas y eliminará cinco de sus diez oficinas regionales.
Kennedy aseguró que “vamos a eliminar toda una sopa de letras de departamentos y agencias preservando al mismo tiempo su función principal”. Sin embargo, sindicatos y legisladores no tardaron en reaccionar. “Las afirmaciones de la administración de que recortes tan profundos […] no serán perjudiciales son absurdas”, dijo Doreen Greenwald, presidenta nacional del sindicato que representa a muchos de los trabajadores.
Los recortes afectarán a agencias clave como la FDA, los CDC y los Institutos Nacionales de Salud. La senadora Patty Murray advirtió que despedir a 20,000 personas “solo significará menos servicios de salud, más propagación de enfermedades y esperas más largas para tratamientos”.
Como parte de la reestructuración, se creará la Administración para una América Saludable, que combinará oficinas enfocadas en adicciones, salud ocupacional y prevención de enfermedades crónicas. Kennedy, crítico de la gestión sanitaria durante la pandemia, sostiene que el HHS ha sido ineficiente: “La tasa de enfermedades crónicas y cáncer aumentó drásticamente a medida que nuestro departamento creció”.
Aunque algunas medidas podrían requerir aprobación del Congreso, el plan sigue adelante bajo la autoridad del secretario. El senador Bill Cassidy comentó: “Me interesa que el HHS funcione mejor […] espero con interés escuchar cómo esta reorganización contribuye a estos objetivos”.
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