Parecía un mes más para la industria del lujo sobre ruedas, pero en las entrañas del mercado global se gestaba una tormenta que terminaría por sacudir al gigante británico del motor. El rugido de los motores se apagó de forma abrupta… y las consecuencias podrían sentirse a nivel mundial.
Trump pisa el acelerador de los aranceles y frena a Jaguar Land Rover en Estados Unidos
Jaguar Land Rover ha decidido poner un freno total a sus envíos hacia Estados Unidos durante abril. La decisión fue anunciada tras la entrada en vigor de los nuevos aranceles del 25% impuestos por el presidente Donald Trump a todos los vehículos extranjeros que ingresan al país.
“Estamos implementando nuestras acciones planificadas a corto plazo, incluida una pausa en los envíos en abril, mientras desarrollamos nuestros planes a mediano y largo plazo”, reveló un portavoz de la compañía.
El golpe no es menor: Estados Unidos es descrito por la firma como “un mercado importante” para sus marcas de lujo. Pero no están solos. Desde que se aplicaron los aranceles, varios fabricantes han anunciado aumentos de precios, recortes en la producción e incluso despidos. La amenaza de una guerra comercial a gran escala parece inminente.
Una sacudida con efectos globales
La industria automotriz, altamente interconectada y dependiente de cadenas de suministro internacionales, ya siente el impacto. Las bolsas del mundo reflejan la tensión, mientras otros países afectados, como el Reino Unido, mantienen la calma. El primer ministro Keir Starmer aseguró que su gobierno reaccionará con “cabezas frías y tranquilas”.
Si bien la suspensión de envíos es inicialmente temporal, su duración dependerá del desarrollo de las negociaciones comerciales. Si los aranceles se mantienen o se endurecen, Jaguar Land Rover podría replantear su presencia en el mercado estadounidense, con posibles ajustes estructurales. Sin un acuerdo favorable, la pausa podría transformarse en una decisión más duradera y estratégica.
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