No hubo amenazas, ni shows mediáticos, únicamente una declaración medida que esconde detrás una gran tormenta. Europa ha dejado claro que no se quedará de brazos cruzados ante la nueva embestida arancelaria de Estados Unidos. La respuesta, según Bruselas, podría llegar más pronto de lo que se pensaba.
La Comisión Europea trabaja en un nuevo plan que se presentará la próxima semana, mediados de abril, para contrarrestar los aranceles impuestos por Donald Trump a las exportaciones del bloque.
En particular, implementará una segunda fase de medidas recíprocas frente al arancel del 25% a los automóviles y el 20% sobre todos los bienes exportados desde la Unión Europea. “Espero que esto ocurra a principios de la próxima semana”, declaró el portavoz comunitario Olof Gill, al anunciar que también se votará una primera ronda de gravámenes dirigidos a neutralizar los aranceles al acero y al aluminio.
Trump justificó los aranceles como una forma de corregir supuestos desequilibrios comerciales. Además, ha exigido a las agencias federales que revisen regulaciones corporativas extranjeras, incluyendo normativas europeas como la Ley de Mercados Digitales, a las que tilda de “discriminatorias”. Washington busca incluir estas cuestiones regulatorias en futuras negociaciones, algo que la UE rechaza de plano.
“Estamos hablando de cosas separadas aquí, y no vamos a mezclarlas en nuestras negociaciones con Estados Unidos”, aclaró Gill. La Comisión Europea insiste en que su marco normativo es transparente y legítimo, y advierte que no aceptará presiones para modificar su legislación interna en nombre del libre comercio.
La guerra comercial transatlántica ya no es una amenaza latente… es una cuenta regresiva.
Mantente al día en la actualidad financiera con Comercio TV: