Parecía que el temor generalizado iba a frenar el consumo, pero las cajas registradoras cuentan otra historia. En marzo, el gasto minorista en Estados Unidos se disparó y dejó perplejos a los economistas.
Las ventas aumentaron un 1.4%, superando cómodamente la previsión del 1.2% y dejando atrás el tímido avance del 0.2% en febrero.
Los consumidores se volcaron especialmente a la compra de vehículos, con un impresionante aumento del 5.3% en concesionarios y venta de repuestos. Según los expertos, el motivo sería adelantarse a los fuertes aranceles anunciados por el presidente Donald Trump.
Chris Rupkey, economista jefe de FWDBONDS, lo resumió sin rodeos: “Estas son cifras simplemente exageradas en las ventas minoristas de marzo, donde la fiebre es enorme, como si se tratara de una liquidación gigantesca”.
El entusiasmo también se reflejó en sectores como artículos deportivos y de ocio (2.4%), materiales de construcción (3.3%) y servicios de comida y bebida (1.8%). La única excepción fue el rubro de gasolineras, con una caída del 2.5% por la baja en los precios del combustible.
Mientras la confianza del consumidor se tambalea, el gasto sigue rompiendo pronósticos.
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