La compañía automotriz de Elon Musk reportó resultados decepcionantes en su primer trimestre de 2025, marcados por una fuerte caída de ingresos, márgenes desplomados y un futuro lleno de incertidumbre y todo en medio de la alianza política de su CEO con el actual presidente de los EE. UU., Donald Trump.
Tesla informó ingresos por $19,340 millones, muy por debajo de los $21,110 millones estimados por Wall Street. Las ganancias por acción ajustadas fueron de 27 centavos, lejos de los 39 centavos esperados.
El negocio automotor, su principal fuente de ingresos, se redujo un 20%, cayendo a $14,000 millones frente a los $17,400 millones del año anterior. La empresa atribuyó el bajonazo a la actualización de fábricas para una nueva versión del Model Y, también a precios más bajos y a incentivos agresivos que comprimieron sus márgenes.
El golpe más fuerte fue al resultado neto: $409 millones, una caída del 71% en comparación con los $1,390 millones del año anterior. Los ingresos operativos se redujeron un 66%, cerrando en $400 millones, con un margen del 2.1%. La compañía admitió que sin los créditos regulatorios —que sumaron $595 millones— habría perdido dinero vendiendo autos.
Tesla también recortó su perspectiva de crecimiento para este año, advirtiendo sobre la volatilidad causada por “la rápida evolución de la política comercial”.
Elon Musk, que ha estado involucrado activamente con el presidente Donald Trump, enfrenta críticas por priorizar temas políticos mientras Tesla pierde participación frente a competidores chinos y se retrasa en el desarrollo de robotaxis. Aunque promete un lanzamiento piloto en Austin y el inicio de producción de robots humanoides en Fremont, los inversores no parecen convencidos. Las acciones han caído un 41% en lo que va del año.
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